Ficha técnica
Ana Obregón presenta su libro, 'El chico de las musarañas' visiblemente emocionada y en medio de una gran expectación. RUEDA DE PRENSA DE ANA OBREGÓN - Se me ocurrió empezar el libro desde el principio, cómo empezó ese 23 de marzo, el primer capítulo. A mi se me ocurrió empezar ahí acabar con el final. Entonces yo he estado nueve meses justo encerrada en esta obra, que está escrita por una madre con el corazón mutilado y está escrita con tinta roja de sangre porque quería que se publicará el texto de mi hijo. Yo no sé escribir, le mandaba los capítulos a Olga y le decía "no sé que estoy escribiendo, escribe mi corazón, no sé si me están guiando desde arriba". Esta obra es un canto a la vida y un canto a la muerte. Es un homenaje a mi hijo, pero también a todos los valientes que luchan por vivir sea con el cáncer, sea con otras enfermedades. Inspira a darnos cuenta de que la vida no está garantizada para nadie. Inspira porque es una lección de vida. Crees que tienes todo pero no está garantizado. Yo he conocido dos mundos. El de las plantas de oncología o las plantas donde están los enfermos terminales, con esas quimios que son veneno curativo en el cuerpo, pero luchando por vivir con una sonrisa. Y el mundo de las quejas, que criticamos, juzgamos y no utilizamos algo tan bonito como el amor. Y puede inspirar cuando leas el libro que tienes que dedicar amor a las personas que quieres porque es lo único que te llevas. El libro está siendo un éxito brutal y estoy emocionada sobre todo por mi hijo, porque allá donde esté estará feliz y ojalá estuviera ahí sentado Aless, pero así son las cosas. El final es que por muy grande que sea la tragedia, porque no hay mayor tragedia que perder un hijo, puede haber un rayito de luz que es lo que me ha mantenido viva y me ha perdonado la vida estos 3 años. Seguir su legado y cumplir sus deseos. - Has pasado unos meses complicados, en el último capítulo hablas de la llegada de la pequeña. ¿Has sido consciente del debate que has creado a nivel nacional sobre la gestación subrogada a través de la llegada al mundo de esa pequeña hasta en el Congreso de los Diputados? - En Estados Unidos no se habla de España y a mi no me interesa nada lo que diga nadie. No me ha llegado nada. Cuando tienes que enterrar a tu hijo cualquier crítica me hace cosquillas. Con lo cual, cuando más critiquen más cosquillas y más me río. - ¿Te ha escrito alguien por la llegada de Ana Sandra que te haya sorprendido? - Es que todo el mundo, muchísimas personas de todo el mundo me escriben dándome la enhorabuena porque es un milagro. Es un milagro poder decir que he cumplido el sueño de mi hijo. Mi hijo quería tener cinco hijos, ya tengo una nieta y no voy a tener más. Aunque es muy pequeñita yo todos los días le digo que su papá está en el cielo y que es la niña más querida del mundo, le han deseado desde la tierra y desde el cielo. - Hay un capítulo en el que dices que estuviste a punto de acabar con todo. ¿Qué mensaje das con respecto a eso y cómo has gestionado un poquito las críticas que te han rodeado estas semanas? - Yo había elegido en Barcelona un apartamento. Cuando no me dijeron que no había nada que hacer me cambié de una tercera planta a un séptimo. No veía Y es una cobardía total. Así que todas las personas que piensen eso que lean el libro y vean que al final siempre hay un rayito de luz que entra por algún lado. Y ese rayito de luz y esa idea me la dio el padre de Aless y el abuelo de la niña, y es una cobardía. Hay que ser valientes y hay que aprender de la lección de vida que me dio Aless o que la da cualquier enfermo. - Aunque digas que te han hecho cosquillas, que es muy poético, el dolor a veces es inevitable. - No, no, no Que no, que no, yo te puedo asegurar, que cuando tienes que enterrar a un hijo, ¿tú crees que hay un dolor que te puede hacer más daño que enterrar a un hijo? No hay, son cosquillas, y ni eso. En América no me llegaba nada. - ¿Cómo está Ana Sandra? - Entiendo que queráis saber más sobre mi princesa, mi nieta, pero estoy para hablar del libro. - ¿Ya has confesado que a por el niño no vas a ir? - Lo he confesado, que yo ya he cumplido los tres deseos de mi hijo, y ya está. - ¿Y cuándo has comentado lo de la llamada inexplicablemente, de quién era? - Eso me lo tiene que explicar alguien que sepa. - Dijiste que Ana Sandra es española de corazón, ¿y el pasaporte y DNI español? - Ay, no sé. Estamos hablando del libro. A mi lo que me importa es el milagro de abrazar un pedacito del cielo el tiempo que dure. - ¿Cómo describirías el cariño de los medios? - Siempre he tenido muchísimo respeto a todos los medios de comunicación, creo que lo sabéis. Y ese respeto me lo devolvéis, y me he emocionado muchísimo. Ha sido un recibimiento increíble. Me hubiera gustado que alguien hubiera estado en mi cabeza estos tres años. - ¿Cómo te sientes con la acogida del libro? ¿Te lo esperabas? - Para nada. Pero sabes que pasa en esta vida? Todo lo que se escribe de verdad, si eres capaz Es que yo escribía con el corazón, y eso transmite, porque la persona que lo lee se pone en mi piel y en la de mi hijo. He hecho un desnudo emocional de alma y de corazón tan brutal que no he sido capaz de reelerlo. Dentro de muchos años Anita estará muy orgullosa de ese libro. - Ha hablado de una madre mutilada, con el corazón roto. ¿Qué o quiénes te dieron fuerzas para ponerte con el libro? - Como he dicho antes, llegué de enterrar a mi hijo y no quería vivir. Entonces pensé que si él no pudo terminar las cosas que él quería tenía que terminarlas yo. Y poco a poco tenía en la cabeza este texto, sé que lo quería hacer. Un día me desperté y dije voy a abrir el ordenador y voy a sacar el texto. Y os voy a decir una cosa, podéis decir que estamos todos locos, pero yo he leído una cosa sobre las almas, sobre que el alma es eterna y el ser humano es sinergia. Os voy a contar una cosa que no sé si debería, que me pasó el primer día que tuvimos la reunión del libro. Llegamos a una comida y puse mi teléfono encima de la mesa y me intentaron convencer, porque este libro es una catarsis donde he tenido que revivir momentos muy dolorosos. De repente, empieza sonar mi móvil, y miro y la llamada era de Aless. Entonces dije, esto es una señal. Porque hay gente que está ciega, todo el mundo dice ver para creer, pero no, es creer para ver. Eso fue lo que me dio fuerzas y dije tengo que hacerlo, esto es lo que quiere mi hijo. - Después de estos tres años de luto, ¿cierras el capítulo de sus últimas voluntades o te queda algo más por hacer? - Cómo véis, he dejado el luto y de vestir de negro, me he puesto muchas flores. Con esto cierro sus tres deseos. Tener una hija, que se publicara su hijo y la fundación con su nombre para investigar el cáncer. - -Necesitaste la ayuda de gente que estuvo contigo para escribir el libro. - -Nada, yo creo que son momentos que a una madre e le quedan grabados en el corazón, son momentos que no los puedes olvidar jamás y no los he olvidado. Ahora esos momentos se rellenan con un poquito de luz. Esos momentos no se pueden olvidar jamás. Son casi secuencias, se puede oler lo que estaba viviendo en ese momento, no he necesitado a nadie, me he encerrado nueve meses en casa, había veces que tenía el alma tan rota que no podía escribir más, una vez se me estropeó el ordenados, las lágrimas caen y es agua. Dices voy a beber menos agua a ver si dejo de llorar, pero no, son tres años que lloras por la mañana, por la tarde y por la noche. Escribirlo ha sido la catarsis. - -A lo largo de la escritura le has pedido opinión a alguna persona de tu círculo. - -Nadie ha sabido nada, solo Olga e Isabel, yo decía igual no sé lo que he escrito, igual es una porquería, una inseguridad me decían nos estamos emocionando, pero tenía mucha inseguridad, yo no soy escritora, admiro muchísimo a los escritores, mi hijo sí que hubiera sido un escritor brillante, sin filtros, con un talento, unos giros era un chico que leía muchísimo y tenía muchísimo talento gracias a que había leído mucho. - - Sabes si el padre de Aless lo ha leído. Luego, como actriz que eres en algún momento te parece que este libro puede ser el guion de algo. - - A la pregunta primera, si lo ha leído pues no lo sé, soy muy sincera. No sé en qué momento le dejará a Ana leerlo, a Anita ya le hablo de su papá todas las noches, cada noche. Creo que sí, sería un guion de una película muy inspiradora, de una gran tragedia, con un final de luz. Siempre esa luz nos viene bien a todos, sobre todo cuando pensamos que tenemos muchos problemas en la vida como pensaba yo antes de que ocurriera todo esto. - - Hay una pregunta que te hace Aless, por qué me pasa esto a mí si soy bueno (se emociona) Te quería preguntar si eres creyente y si después de esto seguiste creyendo. - - Yo soy creyente, cuando ocurrió lo de mi hijo como cualquier madre o padre que pierde un hijo me enfadé muchísimo con Dios, a unos niveles que no te lo puedes imaginar. A los nueve meses falleció mi madre, a los nueve meses mi padre y eran funerales, misas y yo decía no quiero saber nada. Me di cuenta que había nacido en mí algo que es la espiritualidad, el profundizar interiormente, saber que somos energía y decidí que mi religión era mi corazón y mi templo mi corazón. Con la llega de Anita creo que Dios existe, es un milagro. - -Cuando sonó el teléfono y visteis que era Aless, lo cogisteis. - -No, parece de locos, me han pasado muchas cosas y muchas señales. he leído todo lo que se pueda leer para escribir este libro sobre qué es el ser humano, es todo energía, si reduces la materia de cada persona se reduce a un apunta de alfiler. La energía se transforma, nunca muere. Las almas son eternas. Hay un momento que mi hijo escribe, todo es magia, somos energía son señales que me llegan. En algunos momentos mientras escribía me guiaba la voz de Aless, es así. En uno de los capítulos se puede leer una carta de tu hijo dirigida a ese amor de su vida que dice que nunca llegó a existir, y tú le respondes: "Dime por favor, para que pueda sentir un instante de paz si por lo menos en tus ensoñaciones apareció ese amor y que duele junto a ti en la eternidad". ¿Realmente esto fue así? ¿Tu hijo se fue sin conocer al gran amor de su vida? - ¿Sabes que pasa? Que mi hijo era una persona que a pesar de tener padres conocidos como sabéis todos, siempre ha querido hacer todo por el solo, no ha querido aprovecharse de la fama de sus padres para nada. Sacó su beca, estudió dos carreras brillantemente en una de las universidades más importantes de Estados Unidos. Pero había algo, a parte de que quería que respetaran su vida, es que jamás a los medios de comunicación o públicamente habló de sus amores ni nada. Así que yo en el libro no hablo de ninguno de sus amores por respeto a mi hijo. Eso sí que es respetar a un hijo. Respetar a un hijo es no guardar silencio, si no lo que nos pidió aless una vez en el hospital. Reunió a su familia, primos y amigos y dijo "no me olvidéis nunca si me pasa algo". Respetar a un hijo no es guardar silencio, respetar a un hijo es hacer un homenaje cada día de tu vida a ese hijo, eso es respetar a un hijo. Y va sin segundas. - ¿Quién ha sido el pilar fundamental familiar para escribir este libro en el que te has apoyado tú? - Yo es que me he apoyado en mi hijo, en las fuerzas que me daba el pensar que yo quería ver su texto publicado. Yo quería que la gente supiera con qué sentido del humor se tomaba todo hasta el día que le diagnosticaron cáncer. que vieran el talento que tenía para escribir. que fuera un homenaje que quedara ahí. Un libro es algo maravilloso, un libro es eterno y ahí está, para dentro de igual 100 años alguien lo leerá y sabrá que existió un chico, que es el chico de las musarañas, que era Aless Lequio y como luchó contar el cáncer, con que sentido del humor y con qué solidaridad ayudando a otros que estaban en su condición. - El libro se queda en alto. ¿El chico de las musarañas tiene segunda parte? - Yo creo que no, editora, sabes que pasa? yo no soy escritora, de verdad os lo digo, lo que hay ahi no saldría bueno, la verdad es que si que tengo mucha imaginación para mucho. Por ejemplo, a Anita cada día yo le cuento un cuento diferente, que no me escucha porque tiene dos meses pero le encanta el tono. - Yo si quiero hacer un pequeño paréntesis, porque Ana ha dicho varias veces que no es escritora y os aseguro desde el equipo editorial que Ana nos entregaba capitulo a capitulo y era conmovedor. Tiene muchísimas mano para la escritura, es más, tu has hecho guiones y por supuesto la imaginación. pero en esto que era real, tú leías estas letras y le decíamos que no eres consciente de lo que estás escribiendo, porque efectivamente lo escribía con el corazón. además ha escrito cada línea, cada párrafo. - Bueno, me liaba con las comas. - Pero ha repasado todos los procesos de edición del libro, no sabeis lo cuidadosa que ha sido, las comas, los puntos, si había una palabra repetida, ha trabajado milimétricamente cada página. ha elegido tipografía, colores, cubierta. las frases elegidas de aless que abren cada capítulo. Ha sido un trabajo de muchísimas horas y muchísimo cariño supervisado totalmente por ella y desde la primera línea a la última es obra de Ana. - Y de Aless. - Y de Aless. Bueno, los capítulos de Aless que fueron los primeros como yo os decía, se han respetado íntegramente. - A Aless no le han tenido que mover ni una coma. - Ni una coma, no lo hemos tocado y creo que también eso es de una riqueza y bueno, nos sorprendió muchísimo a todos cuando leímos esos capítulos la verdad. bueno, simplemente ese inciso. - Yo tengo mucha inseguridad con todo lo que hago siempre. - La última pregunta, es en relación al último capítulo. no ha sido solamente tema de literatura o de sociedad, ha sido un debate político. ¿Qué te parece la opinión de muchos políticos que se han puesto en contra tuya por el tema de la maternidad subrogada? - ¿Ah, si? Pues lo que tye he dicho, cosquillas. Hombre, es que cosquillas absolutas e imagino que les ha venido bien para no ver todas las chapuzas que están haciendo. - De esos tres deseos, el primero lo conocíamos, la fundación Aless Lequio, que estabas ahí inmersa y eso era lo que pensábamos que te estaba haciendo salir adelante y levantarte todas las mañanas. ¿Cómo ha sido guardar el secreto tanto del contenido de este libro que sabías que era muy valioso para ti y también el de Ana? ¿Cómo has vivido eso de no contar nada? - Aunque solamente estamos hablando del libro, os diré que ha sido Nadie sabía nada, nadie, nadie. Ni siquiera mi mejor amiga y representante, Susana. Ni mis hermanos, ni absolutamente nada. Otra cosa es que una agencia me llevara siguiendo tres meses. Pero nadie sabía nada. Y Olga sí lo sabía porque tenía que ir en el último capítulo y tenían que entrar antes. No se como lo habéis blindado, ¿lo brindasteis no? - El libro lo embargamos desde el principio, antes de saber este pedazo de noticia que supimos más
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