Ficha técnica
Pedro García Aguado reconoce que en el caso de Ana Obregón, quizás no es del todo responsable hacerse cargo de un bebé a su edad: "claro, yo con cincuenta y cuatro años no me plantearía tener un hijo ahora porque entiendo que la adolescencia es una etapa complicada y lo sé porque trabajo con familias, hay que estar con mucha energía para poder acompañar a un hijo o a una hija, un nieto o una nieta. Yo me plantearía, según la edad, traer a un ser a este mundo". Recuerda que cada persona debería ser consciente de lo que implica traer un ser humano al mundo y de la responsabilidades que esto conlleva: "yo estoy a favor de que cualquier persona que decida traer un ser a este mundo pueda cuidarle y pueda dedicarle el tiempo necesario para estar con ese ser. Entonces, no sé en el caso de Ana, si ha sido algo como decían de una petición del hijo o que va a hacer más de abuela y tal. Yo, como trabajo con muchas familias, lo que entiendo, lo importante es que esa niña, es una niña, ¿no?". Pedro aguado desvela cómo sus padres le ayudaron en la época en la que había tirado la toalla: "sientes mucha culpa, mucha vergüenza, y eso a veces te hace pensar que no mereces estar vivo, incluso teniéndolo todo en tu vida. Lo que pasa que es lo que pasa cuando la cabeza no funciona, te trae esos pensamientos y menos mal que tuve la suerte, como te digo, de tener a mi familia para que me sacara de aquel pozo". Se emociona al recordar lo mucho que significa su familia para él: "sí, además, yo tenía mucha vergüenza y sentí mucha vergüenza cuando tuve que pedir ayuda. Y la reacción fue inmediata, tanto de mi madre, como de mi padre y la mujer de mi padre. Son personas a las cuales yo, si estoy aquí, y me emociono un poco, es gracias a ellos". Reconoce lo mucho que ha luchado su madre por él incluso cuando le apartó de su vida: "sí, yo al irme a Barcelona la aparté de mi vida y la castigué durísimamente por interpretaciones que yo había tenido de lo que había pasado en mi casa. Y luego también por las conductas que tenía yo nocturnas". Total Pedro García Aguado: - Bueno, Pedro, ¿qué tal? Un día importante, ¿no? - Sí, un día importante porque se van a visibilizar muchas historias, yo pienso que con el objetivo de poder ayudar y desestigmatizar algo que en la sociedad cada vez, no sé si lamentablemente o afortunadamente, se habla más y así se puede ayudar mejor. - La salud mental, ¿Qué representa en ti? ¿Tú te la cuidas? ¿Has sufrido crisis de salud mental? - Claro. Yo tuve mi época. Yo, hace veinte años pasé por un centro terapéutico, me ayudaron y desde entonces ayudo a muchas personas a superar sus trastornos adictivos. La salud mental es algo que tenemos que cuidar porque es algo que nos acompaña, el equilibrio entre lo mental y lo físico tiene que existir. En una sociedad cada vez más competitiva, me atrevería a decir, incluso cada vez más deshumanizada, es muy importante que existan este tipo de documentales para sensibilizar y desestigmatizar la locura, tal, no. Estamos hablando de salud mental, de una salud como puede ser la física, que es muy importante para el desarrollo del deporte y el desarrollo de una vida normal. - ¿En algún momento tú pasaste miedo por tu salud mental, Pedro? - Se pasa miedo cuando no sabes qué te está ocurriendo, cuando te prometes a ti mismo que hay cosas que no volverás a hacer y las vuelves a hacer y pasa miedo cuando no sabes quién te puede ayudar. Desde hace veinte años yo acompaño a muchas personas en proceso de tratamiento y veo que ha evolucionado muchísimo. Hay deportistas que ya tienen la posibilidad de ir a un psicólogo, una psicóloga, un coach o terapeuta para pedir esa ayuda que, quizá, en nuestra época no tuvimos. - ¿Había días que te costaba levantarte? - Siempre he sido muy luchador, no era tanto levantarme sino el estado anímico con el que yo iba a entrenar. Algo que a mí me resultaba tan maravilloso en mi vida como era la práctica de Waterpolo, el hecho de no disfrutarlo como lo disfrutaba cuando era joven. Ahí ya estaba haciendo efecto el daño mental que tenía. - ¿Tu familia cómo lo vivió? - Yo me alejé de mi familia, yo con dieciocho años me alejé, me fui a Barcelona a desarrollar mi carrera deportiva y mi madre si que fue una fiel seguidora y estuvo muy atenta a lo que me pasaba. Pero yo, cuando eres joven, rechazas normalmente todo tipo de ayuda y te crees con esa prepotencia de que eres capaz de solventarlo todo. Cuando realmente pedí ayuda, se juntaron mi padre y mi madre para ayudarme y es algo que siempre digo en las charlas que hago con familias. El mejor equipo que tuve fue mi familia. - Sacabas el calor y el apoyo de tu madre. - Claro, sobre todo, la perseverancia de estar ahí incluso habiéndola rechazado, habiéndola tratado mal, a mi madre, el hecho de que. - La trataste mal, es duro. - Sí, yo al irme a Barcelona la aparté de mi vida y la castigué durísimamente por interpretaciones que yo había tenido de lo que había pasado en mi casa. Y luego también por las conductas que tenía yo nocturnas. Si que es cierto que yo noté siempre el respaldo de mi madre incluso fue ella la que tuvo que convencer a mi padre, cuando no se hablaban ni si quiera, de que yo necesitaba ayuda. - Tus padres no se hablaban y por ti, tuvieron que hacer el esfuerzo. - Sí, además, yo tenía mucha vergüenza y sentí mucha vergüenza cuando tuve que pedir ayuda. Y la reacción fue inmediata, tanto de mi madre, como de mi padre y la mujer de mi padre. Son personas a las cuales yo, si estoy aquí, y me emociono un poco, es gracias a ellos. - ¿Pensaste, en algún momento, en tirar la toalla y desaparecer? Perdona la pregunta. - Sientes mucha culpa, mucha vergüenza, y eso a veces te hace pensar que no mereces estar vivo, incluso teniéndolo todo en tu vida. Lo que pasa que es lo que pasa cuando la cabeza no funciona, te trae esos pensamientos y menos mal que tuve la suerte, como te digo, de tener a mi familia para que me sacara de aquel pozo. - ¿En algún momento has pensado 'he sido un mal hijo' y te has castigado y perdonado a la misma vez? - Sientes mucha culpa pero la culpa no sirve absolutamente para nada, simplemente es un mecanismo que, en mi caso, me hacía volver a consumir y volver a consumir. En este caso, las terapias me ayudaron a perdonarme y responsabilizarme. Es decir, no volver a actuar nunca de esa manera. Así que sí, está todo pasado. - No sé si eres padre o no. ¿Eres papá? - Sí. - ¿Ese daño que has podido hacer a tus padres, lo ves de otra manera? - Claro. Yo juzgaba muy duramente a mis padres y ahora sé que padres y madres lo hacemos lo mejor que sabemos, no hay un manual que te diga cómo hacerlo y menos en aquella época. Yo te estoy hablando de los años noventa. Yo, con mis hijas, lo que sí he podido hablar muy claramente de los riesgos que tiene consumir algunas sustancias, ya sean drogas legales o ilegales. Y sobre todo, cómo tener una salud mental equilibrada para no necesitar ese tipo de sustancias para evadirte o manejar la presión. - Te quería preguntar también porque aquí se ha hablado de este tema que ha traído mucha historia aquí en España, y también se ha llevado al caso de la salud mental, el caso de Ana Obregón. No sé qué punto de vista tienes tú. - Mira, tengo muy poca información al respecto de este tema. Sé que ha habido mucha polémica pero estoy un poco apartado de todo ese tipo de cosas y no me podría, yo no sería quién para juzgar la salud mental de nadie a día de hoy sin haber hecho - Con el tema de la gestación subrogada, se está cuestionando la edad, ¿Tú estás a favor de la gestación subrogada? - Yo estoy a favor de que cualquier persona que decida traer un ser a este mundo pueda cuidarle y pueda dedicarle el tiempo necesario para estar con ese ser. Entonces, no sé en el caso de Ana, si ha sido algo como decían de una petición del hijo o que va a hacer más de abuela y tal. Yo, como trabajo con muchas familias, lo que entiendo, lo importante es que esa niña, es una niña, ¿no? - Sí. - Esté lo mejor cuidada posible. - ¿Crees que, desde tu experiencia, la edad puede ser un problema o no? Son sesenta y nueve años. - Claro, yo con cincuenta y cuatro años no me plantearía tener un hijo ahora porque entiendo que la adolescencia es una etapa complicada y lo sé porque trabajo con familias, hay que estar con mucha energía para poder acompañar a un hijo o a una hija, un nieto o una nieta. Yo me plantearía, según la edad, traer a un ser a este mundo. - ¿Se puede hablar de egoísmo desde parte del dolor? - No me voy a meter en ese tipo de comentarios, discúlpame. - Gracias. - Gracias.
Relacionados