Manuel Díaz el Cordobés desvela que estaría dispuesto a torear con su padre si él le llamara

Ficha técnica


Fecha 01/02/2023
Parte 4
Duración 00:41:46
Sonido Ambiente
Edición Editado
Localización Sevilla
Firma Europa Press

Manuel Díaz el Cordobés desvela que estaría dispuesto a torear con su padre si él le llamara: "¿Sabes que te digo una cosa? Lo más bonito en esta vida, ¿sabes lo que es? Que los dos, sabemos algo que es muy importante: él sabe que si me llama yo voy, y yo sé que si me llama, yo voy". Manuel Díaz, que ha hecho un repaso por su vida y su profesión en la real maestranza de caballería en Sevilla, en la tercera sesión de las "lecciones magistrales". Manuel cuenta cómo fue su paso por televisión en el que tuvo que presentarse como el hijo del Cordobés: "Me llevaron a un programa de tv en Barcelona y me dijeron que tenía que decir que era el hijo del cordobés. Le dije que si me iba a poner a torear si yo decía eso, y me dijo que sí. Y luego me dice que me tengo que tirar de espontaneo y lo hice. No aparecieron ni novillada ni nada". Asegura que no guarda rencor y espera poder compartir muchos momentos junto a su padre: "No tengo rencor, no guardo rencor a nadie. Los reconocimientos de los demás no son tan importantes, yo si me reconozco quién soy. Nunca en la vida se me ocurriría llevarme un duro de ese hombre. Yo si sé lo que cuesta ganar el dinero para que nadie te lo quiera quitar. Pero si hubiese sido bonito que algún día hubiese podido estar en estos momentos, todavía nos queda tiempo. Hay cosillas, todo en su tiempo y despacito". Recuerda con emoción el día en que su hija Alba vio lo mucho que la gente le quería: "Cenando, al rato hay un silencio y me dice mi hija 'papá, como que quiere la gente'. Ese momento, hago así, y digo 'qué bonito es que mi hija haya podido vivir cómo me quiere la gente'. Para mí, ese día fue uno de los días más bonitos que ha habido en mi vida porque ella pudo percibir a través de todo lo que había vivido ese día, cómo me quería la gente". Siempre estará en deuda con Venezuela por haber conocido allí a Virginia Troconis: "Tuve la suerte de que mi mujer, virginia, que es lo más grande que tengo en mi vida, es venezolana y la encontré en América, con lo cual, yo ya me siento muy feliz por haber podido estar en América". De su trayectoria como torero, se siente orgulloso de haber podido abastecer a su familia por encima de los logros profesionales: "Yo no tendré muchas cabezas de toro con orejas quitadas, pero estadísticas de neveras llenas tengo unas cuantas. Esas sí que son de verdad". Bromea con que su mujer tiene mejor humor que la reina Letizia: "Sí, pero mi mujer riñe menos que la suya". Recuerda lo mucho que le impresionaba que la gente tuviera un jamón en su casa y cómo vivió la experiencia en primera persona: "Yo iba a casa de los señoritos y veía cómo se partían los jamones en esos platos, con esa alegría. Yo decía 'madre mía, cuando yo tenga un jamón' y me compré un jamón y me lo puse en mi casa. Todos los días lo miraba y le decía 'buenos días, ¿cómo estás?'. Tenía una conversación con el jamón y lo tapaba otra vez". Echando la vista atrás, agradece haberse dado cuenta de que la fama le estaba afectando: "Tú vuelas, lo que sí es cierto que yo llega un momento que caigo y digo 'no, no es así, esto no es la realidad de la vida. Hay que ser honesto, esto es otra cosa. Hay que poner los pies en el suelo y hay que seguir con los mismos valores del principio, con los que yo empecé". Se despide del mundo del toreo sin guardar rencor: "No le guardo rencor a nadie, no tengo ningún resquemor de nada. Lo que me he propuesto hacer en la vida creo que lo he hecho con más creces de lo que yo pensaba. He vivido el toreo, me siento respetado y querido". Recuerda con cariño a paco dorado: "encuentro una imagen en mi vida que había buscado mucho tiempo y no había encontrado, un padre ficticio o inventado, que era paco dorado". Este tema es en exclusiva - Ojalá hubiera nacido en Sevilla, no nací pero si tuve la oportunidad de renacer en Sevilla, no le importó de donde venía, creyó en mí y me apoyó. Me dieron un techo y colaboraba trabajando en el campo y un día me dijeron si quería torear un festival. No tenía ni traje corto lo tuve que alquilar. En esa época había un apoderado que era buena gente y me lo querían presentar. La gente del pueblo me sacó a hombros. Paco Dorado, me vio firmando fotos, que no eran mías y vio algo en mi. Me dijo que si quería torear en Ayamonte y firme el contrato en una servilleta de bar. Y ahí empezó mi historia. Encuentro una imagen en mi vida que había buscado mucho tiempo y no había encontrado, un padre ficticio o inventado, que era Paco Dorado. Estoy muy bien en Sevilla, me siento muy querido. Estoy feliz, que es lo importante en la vida de un hombre. Nadie tiene que mandar en tus sueños. Empecé a luchar, iba a la escuela como todos los chavales, empecé a aprender. Me van poniendo novilladas y llega un momento que me estanco, se me cruzan otras cosas y empiezo a trabajar en un lavadero de coches. Me dijeron que si quería torear en Madrid y solté la escoba y el cubo y me fui a Madrid. Me llevaron a un programa de tv en Barcelona y me dijeron que tenía que decir que era el hijo del Cordobés. Le dije que si me iba a poner a torear si yo decía eso, y me dijo que sí. Y luego me dice que me tengo que tirar de espontaneo y lo hice. no aparecieron ni novillada ni nada. Empiezo otra lucha. He pasado cosas que son inverosímiles en la vida. Yo creía en mí. Cuando iba a torear en Madrid, cogí la mano de Paco Dorado y le dije que si me prometía que iba a comprar una casa a mi madre. Yo quería que mi madre no tuviera más acreedores y con esa corrida que sustituí a Cesar Rincón compre la casa a mi madre. Desde el año 93 ahora a mi madre no le ha faltado de nada. Ahí yo me sentía triunfador. Mis compañeros del barrio de Córdoba fallecieron jóvenes y a mí el mundo del toro me metió en un camino de disciplina. El toro me salvó la vida y convertirme la persona que soy. Me he tirado una vida entera convenciendo a la gente que creyera en mí. Lo bonito de esta vida es el camino.(el moderador le dice que él ha visto una fotos de su madre con su padre y él en el carrito) ante lo evidente. la vida hay que adaptarse a ella. No tengo rencor, no guardo rencor a nadie. Los reconocimientos de los demás no son tan importantes, yo si me reconozco quién soy.Nunca en la vida se me ocurriría llevarme un duro de ese hombre. Yo si sé lo que cuesta ganar el dinero para que nadie te lo quiera quitar. Pero si hubiese sido bonito que algún día hubiese podido estar en estos momentos, todavía nos queda tiempo. Hay cosillas, todo en su tiempo y despacito() El feo de la caja, si era simpático, lo compraban antes, que el perro bonito tonto. Yo dije 'hay que ser espabilado'. Yo me buscaba las vueltas para ser espabilado y para caer bien y sabía estar, eso lo aprendí de estar con todo este tipo de personas. Al final, eran mis maestros y eran mis profesores un poco. Yo creo que encontrarme con Paco fue fundamental en mi vida, en mi carrera. - Santiago Sánchez Tráver: días antes del encierro de la pandemia, cerró aquí unas clases magistrales. - Paco era un hombre muy emprendedor, es un hombre muy emprendedor. Es un hombre, simplemente, Paco no se quería a sí mismo, no se valoraba como lo que en realidad era. No fue capaz de darse cuenta de lo que era en realidad. Paco tuvo el toreo en sus manos y tuvo una fuerza descomunal. En el momento en que tenías que hacer así y decir 'para adelante, voy a demostrar quién soy', se conformaba en su zona de confort. Le faltó salir de su zona de confort, si hubiera salido, se hubiese convertido en uno de los mejores taurinos de España () Conmigo fue darme una visa de oro. Eso fue lo pero que hicieron, darme una tarjeta vida de oro porque ahí me enseñaron a mí que con eso uno tiene más fuerza que la leche. Eso llegabas a cualquier lado, lo tirabas encima de la barra y se ponía la gente por allí. Eso fue un fallo que he cometido. Me dieron una visa y me enseñaron a eso, con lo malo que es, oye, ese dinero plastificado que no le das valor porque no lo gastas (). Yo iba a casa de los señoritos y veía cómo se partían los jamones en esos platos, con esa alegría. Yo decía 'madre mía, cuando yo tenga un jamón' y me compré un jamón y me lo puse en mi casa. Todos los días lo miraba y le decía 'buenos días, ¿cómo estás?'. Tenía una conversación con el jamón y lo tapaba otra vez. Le enseñaba el cuchillo, lo afilaba. '¿cómo estás? ¿tierno? Pues hasta mañana'. hasta que ya le metí mano. No sabes el escalón cómo fue, el corte no me salía ni para atrás (). ¿cuál es el error que uno comete? Que uno cree que sabe y ese es el error más grande que uno puede cometer en la vida: que uno cree que sabe. Uno ya cree que sabe. De hecho, yo ahora todavía no sé. - Santiago Sánchez Tráver: eso es de Sócrates. - Ahora sé que no sé, ahora sé que no sé, pero antes tampoco sabía. Se rompe la relación, yo sigo toreando, había muchas corridas de toros. Yo habré toreado entre España y América, y no voy a decir una cosa que es una exageración, casi mil seiscientas corridas de toros en treinta años, son bastantes. Sigo toreando, cambio varias veces de empresa, voy de aquí para allá dando vueltas. Tengo que reconocer que hay una persona en mi vida a la cual le tengo mucho que agradecer que es José Luis Marcas, que en paz descanse (). - Santiago Sánchez Tráver: de ahí el cerro negro, ¿qué sensación tienes? - Yo empiezo a abrazar las encinas, cosas normales. No sé, no había tenido ninguna casa mía. Al principio, se metían allí todos los días cien personas a comer. Todo el que pasaba por la cancela se metía, era una ruina, no daba abasto la nevera. - Santiago Sánchez Tráver: tengo fotos allí en tu casa con Juan Guardiola e iba toda la gente. - Cuando llego allí por primera vez me siento muy realizado en mi vida. luego la ilusión era torear con compañeros que yo ya consideraba, como Espartaco, que coincidimos juntos, muchas corridas. Siempre con cariño, con Miguel también, me veo ya como que estoy consiguiendo cosas en la vida, me veo que es realidad (). Os voy a decir una cosa, hubo un momento en que se te levantan los pies del suelo y te da vértigo. Eso yo creo que le puede pasar a cualquiera porque era impresionante, era como una trituradora de carne que iba para delante, era gente por todos lados, alegría, había cincuenta personas comiendo en una mesa. aquello era: todo para adelante. Tú vuelas, lo que sí es cierto que yo llega un momento que caigo y digo 'no, no es así, esto no es la realidad de la vida. hay que ser honesto, esto es otra cosa. Hay que poner los pies en el suelo y hay que seguir con los mismos valores del principio, con los que yo empecé' (). Había sido una vida muy bonita, yo me siento muy realizado. No le guardo rencor a nadie, no tengo ningún resquemor de nada. Lo que me he propuesto hacer en la vida creo que lo he hecho con más creces de lo que yo pensaba. He vivido el toreo, me siento respetado y querido y hay una cosa que me pasó. Un día estaba en un festival toreando en un festival benéfico contra el cáncer y, para resumir estos treinta o cuarenta años de vida que llevo toreando. Voy a cumplir cincuenta y cinco años. - Santiago Sánchez Tráver: como el Rey, los cumplió ayer. - Sí, pero mi mujer riñe menos que la suya (). La vida, de lo que me ha enseñado a mí, mi vida. me llevé a mi hija Alba a un festival que había toreado dieciocho años contra el cáncer. La gente me adoraba, es Murcia, digo 'hija, vente conmigo y me acompañas'. Me fui con la cuadrilla y con ella para que viera la convivencia, que no tenía importancia como para tener respeto. Mi hija, desde por la mañana, durmió conmigo en el cuarto, llegamos por la noche 'estoy cansada papá', 'mira, esta es nuestra vida, cuando llegamos de tantos kilómetros, llegamos cansados'. 'pues yo voy a coger la cama, papá'. Dormimos juntos, nos levantamos, desayunamos y a mí siempre me gustaba dar une vuelta. Cuando bajo al hotel, el recepcionista '¿qué tal?', besos, había gente esperando con él. la gente, salgo para la calle, me gusta dar un paseo, los coches me pitaban y mi hija viendo todo esto (). El camarero sabía hasta lo que yo comía, porque ya me conocían de otros años. Se viene mi hija conmigo al cuarto, descansamos un poco, me visto, llegan algunos amigos a saludarme al cuarto, lo de siempre. Voy para la plaza, la gente en el coche de cuadrillas 'Manuel, por favor, bájate que está mi madre que quiere darte un beso'. Me coge uno de la oreja, otro de por aquí, una hora y cuarto para llegar, mi hija asustada. Toreo en el festival, le brindo el toro. Toda la plaza 'está la hija', una expectación. Termina el festival, otra vez con la gente, me paro a cenar donde siempre cenamos. Estamos cenando con la cuadrilla, llega otra cuadrilla y total, cenando, al rato hay un silencio y me dice mi hija 'papá, como que quiere la gente'. Ese momento, hago así, y digo 'qué bonito es que mi hija haya podido vivir cómo me quiere la gente'. Para mí, ese día fue uno de los días más bonitos que ha habido en mi vida porque ella pudo percibir a través de todo lo que había vivido ese día, cómo me quería la gente. Qué bonito que un hijo tuyo perciba eso. Mi riqueza, mi fortuna y todo lo que tengo es que la gente me quiere (). Me querían arrear y yo tampoco estuve se día como yo tuve que haber estado, yo me afligí. Es cierto que ese día me afligí un poco por las circunstancias y la novillada tampoco era la gente que va luego de público a las corridas de toros. A lo mejor, si hubiese debutado en una corrida de toros con todo el jolgorio ahí, hubiese cambiado la película un poco. La verdad que fue un día triste, de los que uno cuando está empezando dice 'vaya frenazo que me han pegado aquí'. ¿te acuerdas de Gonzalito? Fue el único que me consoló un poco. - Santiago Sánchez Tráver: fui testigo de aquello. Fue una cosa evidentemente muy especial porque su padre se la llevó primero, salió muy mal, volvió y la segunda fue peor. - 'Me van a arrear como al Cordobés en Pamplona'. Era un dicho que había. de todo ha habido un poquito, realmente cuando yo he considerado (). Tuve la suerte de que mi mujer, Virginia, que es lo más grande que tengo en mi vida, es venezolana y la encontré en América, con lo cual, yo ya me siento muy feliz por haber podido estar en América. Aquello no es lo que era. Yo me acuerdo que la gente sacaba el abono de un año para otro, para la feria de Cádiz, por ejemplo (). Treinta años, ciclo cerrado. Yo creo que tuve una lesión muy grave en 2018. Yo arrastraba una artrosis muy fuerte en la cadera izquierda producida por los golpes. La vida de un torero, yo se lo achaco mucho a la cornada que me pegó un toro en Cádiz en el riñón izquierdo, que me produjo una descompensación muscular y eso te termina creando (). Yo me propongo terminar mi carrera vestido de luces en el 2021, toreo seis corridas de toros, me encuentro bien y con mucha ilusión. En 2022 toreo doce corridas de toros y este año, por la pretensión, para decirte: empiezo el 11 de marzo en la Flecha en un festival, luego el 18 vengo a Morón con Cayetano. - Santiago Sánchez Tráver: no cuentes e

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