Ficha técnica
Paula Vázquez habla sobre el acoso y reflexiona acerca de las desigualdades en el mundo de la televisión: "realmente nunca he sufrido acoso laboral. He sufrido el acoso como famosa en la calle, con anónimos, en donde me han tocado el culo, donde... Sí, sí. He tenido momentos realmente desagradables en muchas circunstancias. Nunca me ha pasado en el entorno de mi trabajo. Sin embargo, sí que puedo decir que la tele ha evolucionado mucho, desde aquellos guiones en donde que si el balcón de tu escote, que si... Toda esa hipersexualización que había en la tele por entonces. Yo nunca he tenido un episodio de machismo, pero sí que he vivido cosas a las que al final tenías que reír las gracias, pues porque era lo normal, porque era lo que todas hacíamos, y de hecho te sentías una privilegiada por poder estar allí, aunque fuese absolutamente sexualizada, con tus escotes, tus rajas en la de esto, pero sentías que eras una triunfadora porque estabas en un mundo de hombres. Antes no había mujeres donde estás tú. Era rarísimo que hubiese una parte técnica, por ejemplo, donde el equipo técnico, desde redactores pasando por, quizás no tan técnico, pero cámaras, sonidistas... Hoy en día está muy naturalizado que detrás de las cámaras sea lo mismo. Antes no. Antes eran las maquilladoras, las estilistas, pero las mujeres no estaban detrás. Yo recuerdo mis reuniones en donde yo quería decir cosas que para mí eran básicas, y no importaba tanto. Realmente tenía más peso el partner con el que presentabas, sus gracias y tal, aunque él no estudiase el guión, te dejase todo el marrón para ti, pero eso no se valoraba, se valoraba que tú estuvieses perfecta y otro tipo de cosas. A ver, no quiero decir que no se valorase, porque al final las que hemos continuado trabajando, porque sí se valoraban esas cosas, ¿no? Pero, bueno, tenías que pasar por encima de eso y dar por hecho cosas que todavía hoy damos por hecho, ¿eh? Que cobren más que nosotras y todo este tipo de cosas. Era lo natural y te parecía razonable. A mí me llegaron a decir, no te podemos pagar lo mismo que a tu compañero, porque entonces ganarías demasiado. Por vosotras". Total Paula Vázquez: - Como en casa. - ¿Cómo en casa en ningún sitio, verdad? La verdad es que sí que tengo la sensación de estar como en casa, porque en el fondo yo empecé como azafata del un, dos, tres en la uno. Es que hace de esto... Taitantos, taitantos años ya. Yo pues no me acuerdo, treinta y algo, treinta y pico. O sea, yo llegué en el año noventa y tres, vamos al dos mil veinticinco, sí. Treinta y dos años. - ¡Qué maravilla que sigan contando contigo! - Pues sí, en realidad he llegado el año pasado, ¿eh? En todos estos años. Como que yo creo que no me reconozco. Como el iPhone cuando no te reconoce para entrar, exactamente igual me pasa a mí. Pero es un lujazo, la verdad, que mira qué cartel tiene Televisión Española. Trabajar al lado de estos profesionales, pues es una maravilla. Me siento muy orgullosa, la verdad. - ¿Ha cambiado mucho Televisión Española desde entonces? - Ha cambiado la tele en general. Televisión Española también. Yo remarcaría aquellas épocas en las que al espectador le hablábamos de usted. Fíjate, hoy en día ya no se les llama de tú, sino que las mujeres se pueden permitir, como Henar, como, qué sé yo, Eva Soriano, como ahora Lala Chus, ¿no? Se pueden permitir decir tacos en la tele. Ya estaba bien, ¿no? Que solo fueran los hombres. Así que para mí eso es aprovechar el diccionario en toda su extensión. - ¿Cómo ha sido reencontrarte con un montón de compañeros con los que habéis trabajado? - Realmente cuando llevas tantos años en la tele, siempre acabas, ahora lo hablaba con Ramonchu, que te conoces a todos los equipos técnicos, te conoces a tanta gente que lo hace muy ameno. Para mí está siendo muy guay, sobre todo porque hace 20 años me fui a vivir detrás de Televisión Española. Es la primera vez que voy a trabajar y no tengo que hacer tantos kilómetros. - Ahora que lo nombras, ¿cómo está Ramonchu después de que le han arrebatado el puesto? - Como veis, muy bien. Es un hombre muy elegante, que además yo creo que solo tiene bondad. Siempre que le he visto, emana bondad, emana buen rollo. No es nada competitivo, todo lo contrario. Todo lo que sea sumar. Yo hace poquito estuve en el programa del Gran Prix. Es tan generoso que para él estoy segura de que es verdad cuando dice que además lo va a ver con ellos. Yo también, por cierto, este año. - ¿Has dado campanadas? - Cinco años, sí. En otras cadenas de televisión, sí. Por eso les decía a los de no os lo vais a creer, pero lo único raro que se te va a hacer es que terminarás de cantar las campanadas y tú no te las habrás comido por primera vez. Y es rarísimo, pero luego te las puedes comer con Roberto desde Tenerife, claro. Es una sensación extraña, no te das cuenta hasta que no te pasa. De repente terminas y todo el mundo, los cámaras, el de sonido, todo el mundo está comiéndose las uvas. Menos tú, que tienes que contarlas y hablar cuando llegue la doceava, claro. - Se acercan las navidades, ¿cómo las vas a pasar? - En Valencia, que además este año me apetece muchísimo. Mi madre vive en Valencia, aunque no seamos valencianos, pero este año hay que ir allí a consumir en Valencia, a hacer gasto en Valencia, en el pequeño comercio y en la gente local. Y luego vuelvo rápido porque nosotros ya tenemos los hornos encendidos de Bake Off, de famosos al horno. - ¿Te sorprende algún concursante o tienes ganas de ver cómo va? - Al principio era todo sorpresa de ver cómo se adaptan y lo cierto es que entre fogones la gente está más en casa que nunca. Se muestran muy como son ellos porque aunque al principio quieran ser el personaje que nos cuentan, inevitablemente cuando estás entre fogones los nervios, además es que la repostería es alquimia pura, los tiempos, las porciones y allí yo creo que les vamos a conocer más de verdad que nunca. - Dame un nombre. ¿Alguien que te interese verle ahí entre fogones? ¿Alguien a quien no te esperas o te gustaría ver cómo se...? - ¿Para otra edición? Porque este año ya les estoy viendo. - Por eso, dime, ¿cúal te ha sorprendido? - ¿Cuál me ha sorprendido? Mark Vanderloo. - ¿Por qué? - Porque era mi crush, cuando yo era jovencita. Yo qué sé, por decirte uno. No, no, pero ha habido muchísimos. Es que no sé si es oficial ya. ¿Es oficial? ¿Sí? Ah, pues... Ay, es que todavía estamos grabando y no quiero que piensen que tengo favoritos, la verdad. Claro, es que es complicado. - ¿Y Mark te ha decepcionado? Porque muchas veces no los imaginamos. - A Mark Vanderloo hay que subtitularle porque no se le entiende, pero es tan guapo y tan maravilloso que da igual. - ¿Y tú irías de concursante? - Pues mira, al principio decía que no, pero ahora voy a decir que sí porque todos vienen con un nivel bajísimo, excepto... - Todos son unos paquetes. - Todos son unos paquetes cuando llegan. A ver, siempre hay alguna excepción, ¿eh? Pero bueno, a veces quien menos te lo esperas es quien de repente... Quien peor empieza al principio es quien al final nos sorprende bastante por cómo ha mejorado y lo bien que se les da. Así que hay alguna sorpresa. Vamos a ver a un Víctor Sandoval comedido y tranquilo. O sea, hola. Es imposible que sí. Pues lo vamos a ver. - ¿Qué le deseamos al Año Nuevo? - Al Año nuevo deseamos más empatía, que se contagie la empatía como el coronavirus, que... Yo qué sé, que la tele nos siga entreteniendo y que más... No me había pensado yo... ¡Paz en el mundo! - Bueno, sí que me gustaría preguntarle, aunque parece que me salgo un poco todo esto, y claro, no sé yo cómo meterlo. Llevas en la tele tanto tiempo, hay tantos... Están saliendo muchas voces de muchas mujeres de lo que han tenido que pasar por estar delante de la pantalla, a cuántas se lo han quitado... Bueno, imagínate, no lo sé. ¿Has sufrido alguna situación incómoda? - Realmente nunca he sufrido acoso laboral. He sufrido el acoso como famosa en la calle, con anónimos, en donde me han tocado el culo, donde... Sí, sí. He tenido momentos realmente desagradables en muchas circunstancias. Nunca me ha pasado en el entorno de mi trabajo. Sin embargo, sí que puedo decir que la tele ha evolucionado mucho, desde aquellos guiones en donde que si el balcón de tu escote, que si... Toda esa hipersexualización que había en la tele por entonces. Yo nunca he tenido un episodio de machismo, pero sí que he vivido cosas a las que al final tenías que reír las gracias, pues porque era lo normal, porque era lo que todas hacíamos, y de hecho te sentías una privilegiada por poder estar allí, aunque fuese absolutamente sexualizada, con tus escotes, tus rajas en la de esto, pero sentías que eras una triunfadora porque estabas en un mundo de hombres. Antes no había mujeres donde estás tú. Era rarísimo que hubiese una parte técnica, por ejemplo, donde el equipo técnico, desde redactores pasando por, quizás no tan técnico, pero cámaras, sonidistas... Hoy en día está muy naturalizado que detrás de las cámaras sea lo mismo. Antes no. Antes eran las maquilladoras, las estilistas, pero las mujeres no estaban detrás. Yo recuerdo mis reuniones en donde yo quería decir cosas que para mí eran básicas, y no importaba tanto. Realmente tenía más peso el partner con el que presentabas, sus gracias y tal, aunque él no estudiase el guión, te dejase todo el marrón para ti, pero eso no se valoraba, se valoraba que tú estuvieses perfecta y otro tipo de cosas. A ver, no quiero decir que no se valorase, porque al final las que hemos continuado trabajando, porque sí se valoraban esas cosas, ¿no? Pero, bueno, tenías que pasar por encima de eso y dar por hecho cosas que todavía hoy damos por hecho, ¿eh? Que cobren más que nosotras y todo este tipo de cosas. Era lo natural y te parecía razonable. A mí me llegaron a decir, no te podemos pagar lo mismo que a tu compañero, porque entonces ganarías demasiado. Por vosotras. - Muchísimas gracias. - Gracias, chicas, da gusto veros aquí.
Relacionados