Rappel defiende el papel de Augusto, hijo de Carmen Sevilla, desde que falleció su madre

Ficha técnica


Fecha 13/07/2023
Parte 1
Duración 00:06:48
Sonido Totales
Edición Editado
Localización Madrid
Firma Europa Press

Rappel defiende el papel de Augusto, hijo de Carmen Sevilla, desde que falleció su madre: "su adiós fue muy triste, hay que saber también la historia, augusto hijo único, su madre 11 años agonizando, no te puedes imaginar lo que es tener una madre 11 años que no sabía quién era, con la cabeza perdida, no sabía si comía o si cenaba. Para él los últimos tiempos eran para volverse loco de ver a su madre en ese deterioro físico. Él no tenía, me lo ha dicho muchas veces, fuerzas para hacer una despedida y recibir a la gente que venía a darme las condolencias". En cuanto a su amistad con él, Rappel reconoce entre lágrimas que ha podido hablar con él y que ha tenido un detalle muy especial: "cuando yo le llamé para decirle he pensado hacer esto, me felicitó, él ha llorado conmigo por teléfono, hoy hemos estado los dos una hora llorando por teléfono. Él quería venir, pero no tenía fuerzas para presentarse, no quería montar el número, decía lo mismo voy y me desmayo de la emoción. Te lo agradezco en el alma que le hagas un funeral como mi madre se merece, él está con nosotros por un lado y por otro lado no puede estar. Me ha mandado una carta, me ha pedido que la abra en el momento de leerla, la tengo ahí guardada, me ha dicho por favor, dame tu palabra de que no la vas a ver antes". En cuanto a la gente que ha criticado que no ha podido despedirse de ella, Rappel sentencia: "el que se quiera despedir de ella que le organice un funeral, vas a una iglesia y pagas una misa. Hay muchas cosas, sobre todo acordarnos de ella, el que tenga ese recuerdo y ese cariño hacia ella que le rece un padre nuestro para que dios le de luz y le haga muy feliz en el más allá". Por su parte, Rappel no puede contener las lágrimas al recordar a su gran amiga con la que compartió muchas anécdotas: "creo que es una cosa que yo se la debía (se emociona) no me quiero emocionar, pero ha sido una persona para mí como mi familia, son muchos años, casi 60 años de amistad y hemos pasado momentos muy divertidos, alegres, ella era unas castañuelas, al lado de ella no había penas, lo hemos pasado muy bien, ha sido una mujer que ha vivido con alegría, todo le motivaba, era feliz en todo, cantando, bailando, tomándose un aperitivo, de excursión, en la playa, era feliz en todos los momentos de la vida. Se le echa en falta, era un espíritu de luz". Este tema es en exclusiva Total Rappel: - Rappel llegó el día. - Llegó el día - Un día muy emotivo. - Muy bonito, para recordar a una gran amiga y una gran mujer. - Se nos ha ido recientemente, hablar en pasado de Carmen Sevilla no se puede, qué significa para ti hacer esta misa. - Creo que es una cosa que yo se la debía (se emociona) no me quiero emocionar, pero ha sido una persona para mí como mi familia, son muchos años, casi 60 años de amistad y hemos pasado momentos muy divertidos, alegres, ella era unas castañuelas, al lado de ella no había penas, lo hemos pasado muy bien, ha sido una mujer que ha vivido con alegría, todo le motivaba, era feliz en todo, cantando, bailando, tomándose un aperitivo, de excursión, en la playa, era feliz en todos los momentos de la vida. Se le echa en falta, era un espíritu de luz. - Lo más bonito con lo que te quedas de ella. - Muchas, sus despistes que eran te puedo contar brevemente, uno de los libros que yo escribí hace unos años, El mundo de los Sueños, ella me presentó el libro, yo quise que fuera mi madrina y en una sala de fiestas muy importante de Madrid organizamos una cena de gala, con fiesta, con orquesta, ella estaba haciendo el Telecupón entonces, quedamos en una semana y me dijo no me vengas a buscar, salgo de la tele y me llevan allí. Se equivocó el día antes y va vestida maravillosa, peinada, arreglada, llena de joyas y se presenta en El Portón, cuando la ven presentarse un día antes le dicen dónde va usted doña Carmen, ella dijo a la presentación del libro. Ella a carcajadas, casi se hacía pipí de risa, me llamó y me lo contó. Nos hemos reído de ella y con ella mucho. - ¿Crees que se hubiera imaginado ese adiós así? - Bueno, su adiós fue muy triste, hay que saber también la historia, Augusto hijo único, su madre 11 años agonizando, no te puedes imaginar lo que es tener una madre 11 años que no sabía quién era, con la cabeza perdida, no sabía si comía o si cenaba. Para él los últimos tiempos eran para volverse loco de ver a su madre en ese deterioro físico. Él no tenía, me lo ha dicho muchas veces, fuerzas para hacer una despedida y recibir a la gente que venía a darme las condolencias. - Se ha criticado mucho esa actitud. - Cada uno hace lo que siente, lo que puede y que ninguno nos veamos en un trance así, mi madre murió también de Alzheimer, pero mi madre vivió cuatro años con ellos. Carmen ha vivido 11 años sin saber quién era, esa agonía es horrorosa. Él estaba tan destrozado que dijo, hacemos un entierro muy íntimo y no quiero condolencias de nadie, el que quiera que le rece un Pare Nuestro en casa. Cuando yo le llamé para decirle he pensado hacer esto, me felicitó, él ha llorado conmigo por teléfono, hoy hemos estado los dos una hora llorando por teléfono. Él quería venir, pero no tenía fuerzas para presentarse, no quería montar el número, decía lo mismo voy y me desmayo de la emoción. Te lo agradezco en el alma que le hagas un funeral como mi madre se merece, él está con nosotros por un lado y por otro lado no puede estar. Me ha mandado una carta, me ha pedido que la abra en el momento de leerla, la tengo ahí guardada, me ha dicho por favor, dame tu palabra de que no la vas a ver antes. No sé lo que me dice en el escrito y lo voy a leer en el altar en el momento en el que yo salude a los aquí presentes. Me imagino lo que me va a decir en esa carta, una carta que la ha escrito ente lágrimas (se emociona). Vamos a llorar todos porque es lo que toca, es un momento de mucha alegría, pero de mucha tristeza recordando a una amiga muy querida. - Se entiende ese dolor de Augusto, que no pueda venir. - Hay que vivir la agonía de un ser humano como tu madre, la ves convertida en una piltrafa que no sabe quién es, que no sabe cómo se llama, que no te conoce como hijo, 11 años, es horrible. Yo le entiendo, le comprendo y estoy con él, tengo la responsabilidad de organizarle un adiós bonito, rodeado de todos sus amigos y con el cariño de Augusto que sé que está conmigo. - Algunos amigos habían dicho que no se habían podido despedir de ella por la actitud de Augusto. - El que se quiera despedir de ella que le organice un funeral, vas a una iglesia y pagas una misa. Hay muchas cosas, sobre todo acordarnos de ella, el que tenga ese recuerdo y ese cariño hacia ella que le rece un Padre Nuestro para que Dios le de luz y le haga muy feliz en el más allá.

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