Ficha técnica
Luis Mario Aparcero, alcalde de Chipiona, obsequia a Rocío Carrasco una réplica de la placa que se encuentra a la entrada del museo rocío jurado. La hija de la cantante enseña, orgullosa, su regalo y recibe con agrado un ramo de flores. Rocío Carrasco lee el discurso que tiene preparado y hace un repaso de todas las personas cercanas a su madre y nombra a las personas a las que agradece su apoyo para la inauguración del museo: "dar las gracias al pueblo de Chipiona, porque la afortunada soy yo, dar las gracias a todos los que estáis aquí y que viva la música y que viva la Jurado". Discurso de Rocío Carrasco: Chipiona te quiere, Rocío. Y yo a Chipiona. Para mí, esto no va a ser fácil. Por las venas de Rocío Jurado, de mi madre, corre y corría la sangre de una artista como la que corría por las venas de Camarón, por las venas de Lola, por las ventas de Pastora Imperio, por las venas de Paco de Lucía. Corría sangre, también, como la de ellos, corría sangre andaluza y eso no puede ser casualidad. Andalucía y el arte siempre van de la mano, y este museo que hoy inauguramos, es un homenaje a la música, al poderío, al cante y a esta tierra. A la gente de esta tierra, gente que es humilde, que es trabajadora, pero que tiene mucho harte, como el que tenía ella. el destino quiso que Rocío Jurado, me cuesta mucho llamarla Rocío Jurado, me vais a permitir que diga "mi madre". ¿Me lo permitís? El destino quiso que mi madre llegara al mundo aquí, en Chipiona, tierra de mariscadores, de la flor cortada. Su padre Fernando, mi abuelo, era zapatero. Mi abuela Rosario, mujer bella donde las hubiera, y con una garganta privilegiada, tenía la voz más bonita que se ha escuchado en estas calles. Gracias a ellos, y a toda su familia, ella triunfó pero jamás se olvidó, ni un solo día, de su lugar en el mundo y de los suyos. Sus raíces están aquí y aquí van a seguir para siempre. Mi madre amaba cantar, era feliz cuando la escuchaban y soñaba con tener un museo aquí, en Chipiona, eso es verdad. pero el verdadero sueño de ella era envejecer en su tierra, rodeada de flores, comiéndose un paquito de pipas en la avenida de Regla, ese era su deseo. Pasar sus últimos años en el chalé que le había comprado a su abuela Rocío, por eso se llama "mi abuela Rocío". Ella quería pasar sus días caminando por las calles de Regla, por el muelle, por el faro, por la cruz del mar, por la Plaza de abastos, yendo a tomarse un café con la Ani, a pelearse con ella, que se peleaban todo el día. Ir a ver a mi tío Antonio, tomarse un moscatel con él, reírse con él, disfrutar de mi tío Manolín en el campo, que desde aquí le mando un beso porque no está con nosotros desde hace muy poquito. Pero ella le encantaba irse con su tío al campo, a disfrutar de ellos, de sus primos, de su familia. Ella era feliz de esa forma. Este sueño, que es el museo, se ha convertido ahora en mi sueño y me siento una privilegiada. Mi madre me dio la vida y me enseñó a vivirla. No me enseñó a cantar, eso ya se sabe, pero me enseñó muchísimos valores y me los inculcó ella y él. mi padre era alguien de Huelva, pero que sin ser chipionero, aquí se le acogió como uno más y se le quiere muchísimo. Tengo que nombrar a mi tío Juan, porque para mí era mi tío Juan, que también descansa aquí, al lado de ella, y yo sé que todos ellos estarían muy orgullosos de verme hoy aquí y de verme cortar esa cinta, estoy segurísima. Me gustaría dedicarle unas palabras con especial cariño, si el viento me deja, a los comerciantes de Chipiona, como ha dicho Luis Mario, no los voy a nombrar a todos, pero son gente de bien que se dejan la piel por el pueblo, a los agricultores de la tierra, que igualmente se dejan la piel para que Chipiona vaya cada día a más. Quiero dirigirme también al resto de España, para que vengan a Chipiona, para que disfruten de Chipiona, para que vengan al museo, para que disfruten de ella, para que la respiren, para que la sientan, para que puedan disfrutar de estas playas, para que puedan disfrutar de este cantar de pájaros que parece magia. Es el momento, ahora, de dar las gracias a la Junta de Andalucía, a la Diputación Provincial de Andalucía y a la Diputación Provincial de Cádiz. También a todas las personas que han hecho posible que esto se lleve a cabo, que han trabajado a lo largo de todos estos años para realizar este proyecto: personal de la administración, operarios de las distintas delegaciones del ayuntamiento de Chipiona, a todo el personal voluntario y a las entidades y a las empresas que han colaborado en este acto inaugural. Quiero hacer un apartado especial a la labor inestimable del alcalde, Luis Mario Parcero, de José Manuel, su persona de confianza, a Query, concejal de turismo, a Rosalía Salguero y Antonio Sardy que son técnicos de turismo y a un largo etcétera. Quiero agradecer, os va a parecer raro, a la Fábrica de la Tele y quiero agradecer la labor de Álvaro y de Joaquín, que están allí, porque se han dejado la vida en ayudar y ellos os lo pueden decir. Se han dejado la vida para que todos podáis disfrutar hoy y tenerlo todo a punto, ellos han tenido mucho que ver en esto. Yo pido un aplauso para todos los que he nombrado. Me ha costado mucho llegar hasta aquí, nos ha costado mucho llegar hasta aquí, pero ha merecido la pena. Ha merecido muchísimo la pena. Y lo único que me queda por decir, es: dar las gracias al pueblo de Chipiona, porque la afortunada soy yo, dar las gracias a todos los que estáis aquí y que viva la música y que viva la Jurado. Recursos de Rocío Carrasco recogiendo la réplica de la placa y un ramo de flores.
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