Ficha técnica
Susana Griso se sincera y desvela que se esfuerza por ser especialmente cariñosa con sus hijos, ya que arrastra taras por el carácter frío de su madre "la primera reacción que tengo ante un momento emocional es de contención, de frialdad, austeridad la gente puede pensar que soy fría, pero no lo soy". De este modo la periodista se identifica con uno de los personajes de la novela de Jaime De Los Santos "si te digo lo que hice", que se presentó ayer en la casa del libro de Madrid. Habla con el autor sobre el papel de la mujer en el mundo contemporáneo, ante la antenta mirada de Ana Millán y Topacio Fresh. Este tema es en exclusiva. Total de Susana Griso, intervención en la presentación: - Mi madre tenía mucho de Elvira, y probablemente he mamado de Elvira. Porque mi madre, como todas las mujeres de su generación tuvo cierta castración emocional. Nació en el año 23, fue una infancia muy dura, vivió la Guerra Civil y la postguerra. Además, perdió a su madre en el parto del sexto hijo, con lo cual, ella tuvo que ocuparse de su hermano desde el nacimiento. Y su padre les prohibió a ella y a sus otros hijos llorar en el funeral de su madre. Les tuvo vestido de negro durante dos años, y era una persona muy dura, muy austera, muy poco cariñosa Me refiero a mi abuelo. Y eso lo vivió mi madre de pequeña. Se crio en una educación católica, también muy castradora. Ella intentó superar esos límites emocionales, pero la carga era demasiado pesada, era lo que había aprendido en casa. Durante muchos años, yo recuerdo que mi madre era distante, le costaba trabajo abrazar. De hecho, mis hermanas mayores se quejan de que yo, al ser la pequeña, ya la cogí más blanda. Pero esa distancia la mantuvo durante mucho tiempo. Y creo que no la perdió hasta los últimos años de su vida, cuando fue abuela, se dejó llevar Pero tuvo que superar muchísimas barreras, y eso en parte, pues yo creo que también lo tengo. A veces, he intentado sobre-reaccionar porque creo que, en general, todos a veces, sobre reaccionamos a lo que tenemos en casa. Yo he querido ser especialmente cariñosa con mis hijos para que ellos no notaran esa austeridad moral de mi madre, pero está ahí, la noto, la siento. Tengo que hacer un esfuerzo para que de vez en cuando no me pase. Porque la primera reacción que tengo ante un momento muy emocional es de contención, de frialdad, austeridad. Hasta el punto que la gente puede pensar que soy fría, y tú bien sabes que no soy fría para nada. Es lo que realmente he sentido, Por eso me reconozco, a veces, en Elvira, y reconozco muchísimo a mi madre. Que era una persona con unos sentimientos maravillosos, unas emociones que no le cabían en el corazón. Y que además, durante muchos años, hizo Trabajo Social, formando parte de una ONG, rescatando a mujeres de la prostitución. Ayudando a muchas mujeres al as que habían echado de sus casa, bien porque estaban embarazas o porque el propio padre la había violado. Y en esa época tenían pisos donde se les alojaba, se le daba ayuda, se le daba una profesión Era una asociación de corte católica, en la época, que estaba en todo el mundo. Se llamaba CIS. La sede estaba en Suiza y mi madre llegó a ser presidenta internacional. Mi madre viajó por todo el mundo y conoció todo tipo de problemáticas femeninas, y eso le hizo ser tolerante y le ayudó a romper las barreras que había tenido de pequeña. ESTE TEMA ES EN EXCLUSIVA
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