Nerea Garmendia confiesa que había aceptado su sordera

Ficha técnica


Fecha 29/03/2022
Parte 1
Duración 00:17:27
Sonido Totales
Edición Editado
Localización Barcelona
Firma Europa Press

Nerea Garmendia confiesa que había aceptado su sordera y no pensaba que su situación fuese a mejorar: "todos los años me hacía mis pruebas, mis audiometrías, pero no pensé que tendría un remedio, yo me había resignado a ser sorda". Recuerda la importancia de normalizar las discapacidades auditivas y a no prejuzgar a las personas: "tenemos que normalizarlo, ser sordo no es malo, yo soy sorda, soy diferente en algunas cosas y soy única en mi vida. Es fundamental de que el hecho de que seas sordo no sea un problema". Se emociona al hablar de lo duro que es tener una discapacidad auditiva y te dedicas al arte: "yo soy cómica, intento llevármelo todo a la comedia, me rio de mis cosas, pero no tiene ninguna gracia no poder oír, que no te escuchen cuando dices que tienes un problema porque es una faena". Considera a su pareja, Luis Díaz, su mejor amigo y la persona que mejor puede cuidarla: "es mi mejor amigo, mi perfecto, cuida de mi porque me conoce y sabe lo que necesito". No descarta ampliar la familia dentro de un tiempo: "ya la tenemos, no jajaja, pero no lo descarto, estaría bien tener nuestros bebés". Bromea imaginando que su novio le pide matrimonio y ella no puede escucharle: "chuchi si me vas a pedir matrimonio un día dímelo dos veces, lo tendré que oír, qué bonito". Agradece la oportunidad de hacer cine sordo: "llega en un momento muy oportuno. Salgo del armario de los oídos y me ponen este proyecto". A pesar de los obstáculos, Nerea Garmendia sabe ver el lado bueno de la vida y se centra en disfrutar de cada día: "como te digo, tengo epilepsia, tengo clavos en la espalda y todo lo que eso conlleva en la vida. Tengo muchas cicatrices que se ven y otras que no se ven pero soy de las que me gusta recordar todo lo que hago, quedarme con lo bueno, aprender de lo malo y soy muy feliz". Durante la pandemia aprendió a vivir en el momento y a priorizar: "a mí me ha venido muy bien porque me he dado cuenta de que empecé a practicar el 'aporta o aparta', en todo en la vida. A veces haces cosas que no te aportan mucho y dejas de hacer las que te hacen feliz. O estás con personas que pueden ser maravillosas pero igual no te aportan mucho". Agradece poder pasar más tiempo con sus padres y aprovechar todo el tiempo que están juntos: "están de maravilla pero estoy disfrutándolos con la intensidad de que fuese el último. Hemos vivido tanto de todo". El proyecto 'Contágiate de risa' va dirigido a las personas con discapacidad auditiva y recuerda, no hay que tener una discapacidad del cien por cien para acudir a un espectáculo para sordos: "la gente cuando dices que es un proyecto para sordos se creen que tienes que ser sordo total, tu puedes ser sordo con un grado de discapacidad, no tienes por qué ser sordo total, ni un poco ni mucho. Es para todas las personas que tengan algún grado de discapacidad auditiva". El testimonio de Nerea Garmendia forma parte de unos videos que, bajo el lema "porque oír importa", se lanzarán en las redes sociales de GAES a partir del jueves 31 de marzo. Total Nerea Garmendia: - ¿Cuándo te das cuenta que tienes problemas de audición? - Porque empecé a hacerme así (gira la cabeza como que no ha oído a la otra persona) y la gente me decía 'qué haces con el pelo' y luego también porque la gente me decían frases y yo entendía conversaciones, pero el significado era distinto. Tarde demasiado tiempo en ir a un especialista porque esta frase lo decimos todos 'estoy un poco sorda', pero no hacemos nada para remediarlo. Tarde seis o siete años en ir a un otorrino. Todos los años me hacía mis pruebas, mis audiometrías, pero no pensé que tendría un remedio, yo me había resignado a ser sorda - ¿Cómo fue ese momento en el que te comunican que tienes un problema de audición del 33 por ciento? - Eso sucedió hace dos meses, llevo dos meses escuchando la vida, dos meses y si te lo cuento tal cual vas a pensar que es un chiste, pero no es un chiste, yo fui a hacerme mi séptima audiometría y de repente me dicen que por qué no me puedo poner aparato y yo no lo sabía, no me había enterado. No lo tengo de antes porque no lo entendí, entonces, no me he puesto el aparato ates porque no me he enterado - ¿Cómo te ha cambiado la vida? - Me da mucha rabia, primero porque parece que los audífonos son para personas mayores, hay diferentes tipos de sordera, no significa que solo lo sufran las personas mayores, es uno de nuestros cinco sentidos y a veces se estropea. Tenemos que normalizarlo, ser sordo no es malo, yo soy sorda, soy diferente en algunas cosas y soy única en mi vida. Es fundamental de que el hecho de que seas sordo no sea un problema. Para mí si lo ha sido porque yo trabajo con mi voz, salí del armario y ahora escucho la vida, es una locura. Me gusta gritar a los cuatro vientos, que me escuchen y sobre todo porque para mí ha sido un antes y un después - Te emocionas - Yo soy cómica, intento llevármelo todo a la comedia, me rio de mis cosas, pero no tiene ninguna gracia no poder oír, que no te escuchen cuando dices que tienes un problema porque es una faena para mi profesión es fundamental el oído, yo hago comedia, pero cuando voy a ver a mis compañeros al teatro no les entendía, de hecho tenía un programa que pongo el programa de teatro y se me nivela, esto tiene tela. Ahora tengo una vida auditiva - Carme ha hecho público que tiene Alzheimer, los personajes públicos tenéis como un compromiso social a visibilizar este tipo de enfermedades - Es nuestra obligación y por otro lado es un honor llegar al público, a la gente de la calle, yo me veo en la obligación como lo hago con todo, cuando como en un restaurante igual. Cuando he descubierto que no vale con decir 'estoy un poco sorda', no, 'señores estoy sorda'. Me he puesto un aparato y ahora oigo. Yo soy epiléptica me dijo que me tenía que tomar dos medicaciones al día, no le entendí y me tomaba una, tuve una crisis me di cuenta que hay cosas que nos perdemos que son importantes en la vida. Me puede afectar a nivel de salud, a nivel profesional y demás. - Has tenido tus momentos delicados, de debilidad, de estar de bajón, ¿quiénes han sido tus puntos de apoyo? - Mi familia y mi chico, mi chico es mi familia evidentemente, ellos me conocen, saben cuáles son mis puntos fuertes, débiles, aunque parece que siempre estoy happy también tengo mis momentos de bajón, pero vamos soy muy afortunada porque tengo un entorno maravilloso - A Luis le llamas 'mi perfecto' - Es mi mejor amigo, mi perfecto, cuida de mi porque me conoce y sabe lo que necesito - ¿n vuestros planes entra formar una familia? - Ya la tenemos, no jajaja, pero no lo descarto, estaría bien tener nuestros bebés - ¿Y casarse? - Es que no descarto nada, soy muy vividora - A ver si te lo ha pedido y no le has escuchado - ¿te imaginas? Chuchi si me vas a pedir matrimonio un día dímelo dos veces, lo tendré que oír, qué bonito. Os quería contar una cosa que me ha pasado, me han llamado para hacer cine mudo, claro, 'no me chilles, que no te oigo' qué necesidad tengo de hacer cine mudo ahora que puedo oír. Es un proyecto homenaje a Charles Chaplin y es una pasada, empezamos a rodarlo ahora mismo. Llega en un momento muy oportuno. Salgo del armario de los oídos y me ponen este proyecto. - Volviendo al tatuaje. - ¿Aporta o aparta? - Eso. ¿Ahora eres más feliz? Desde que has tomado esa decisión. - Yo soy una persona muy feliz, de toda la vida. Como te digo, tengo epilepsia, tengo clavos en la espalda y todo lo que eso conlleva en la vida. Tengo muchas cicatrices que se ven y otras que no se ven pero soy de las que me gusta recordar todo lo que hago, quedarme con lo bueno, aprender de lo malo y soy muy feliz. Llevo dos años extremadamente feliz. No quiero decirlo mucho porque como hay gente que lo está pasando tan mal, a veces me siento mal. Os digo una cosa: los que estéis tristes o amargados, pensar que la vida se puede vivir de dos maneras. Como estáis, amargados, o saliendo del armario de la amargura y abriendo la ventana de la vida y gritar a la vida, me veis aquí maquillada pero lucho cada día para estar feliz, a gusto. Vamos a por ello. - ¿Totalmente recuperada del accidente de moto? Yo te veo estupenda. - Sí, la verdad es que sí. Sigo con el hombro, que me da achaque, pero puedo empezar a hacer vida normal. También, con rehabilitación y mucho esfuerzo. Ya recuperada. - A raíz del accidente, ¿te han cambiado las prioridades? - No. Me cambiaron las prioridades con el tema de la pandemia. Con el accidente no, yo siempre he sido una persona súper cauta en la carretera, soy de las que intenta ver el peligro antes de que suceda y ahí no me ha entrado miedo con el tema de la carretera. Pero sí en la pandemia. Cuando se paró el mundo y cuando nos hizo a todos reflexionar. Algunos han reflexionado de una forma más constructiva y otros están más derrotistas, con la tristeza y el miedo después de la pandemia. A mí me ha venido muy bien porque me he dado cuenta de que empecé a practicar el 'aporta o aparta', en todo en la vida. A veces haces cosas que no te aportan mucho y dejas de hacer las que te hacen feliz. O estás con personas que pueden ser maravillosas pero igual no te aportan mucho. Ahí es donde empecé a darme cuenta de lo que es importante en mi vida. He tenido la suerte de que tengo a mi madre viviendo en Madrid, yo soy vasca, y a mi padre, que también. Tener a la familia cerca es una gozada y cuando ya pasó todo el peligro de contagios, siempre con mucha precaución, estoy disfrutando más que nunca de mis padres y ya te digo, cada día como si fuese el último. Están de maravilla pero estoy disfrutándolos con la intensidad de que fuese el último. Hemos vivido tanto de todo. Mi padre estuvo ingresado durante la pandemia, por COVID y yo no sabía si iba a volver a verlo. Te hace un punto de inflexión y decir que va en serio. - Háblanos del proyecto Carpen Mendia, que tienes con Luis, en el que se fusiona cultura y turismo. - Carpen Mendia es porque la Garmendia va en una camper, una camper que va con la cama, frigorífico, baño, todo. Nació después de la pandemia. En pandemia hemos estado todos en casa, hemos necesitado el oxígeno de salir a la vida. Cuando nos dejaron salir a la calle, empezamos a viajar pero solamente podíamos quedarnos en España, no podíamos cruzar fronteras. Gracias a eso, hemos descubierto que tenemos un país donde tenemos cultura, turismo, gastronomía, deporte. Muchas veces no lo valoramos, vamos a ver el resto del mundo como si fuese mejor que lo que tenemos en casa. Me vi en la obligación de gritar y decir: 'vamos a dejarnos nuestro dinero en nuestro turismo, vamos a recuperarnos. Tenemos sitios estupendos, tenemos de todo en nuestra tierra'. Fusionamos el turismo y la cultura. Por un lado, mostramos los encantos turísticos que tenemos en nuestra tierra y luego, por otro lado, como los fines de semana hago comedia, voy con la camper. Me llevo a mi familia con la camper, hago los monólogos y fusionamos los monólogos que hago con la cultura. Por eso el proyecto se llama culturismo, porque es cultura más turismo. - Además de esa película que comentabas, ¿qué otros proyectos tienes? - Estoy ahora de gira con los monólogos y con otros que comparto. Hay un proyecto que me gustaría destacar que se llama 'Contágiate de risa'. Es un espectáculo de monólogos inclusivos para personas con discapacidad auditiva y discapacidad visual. Lo que hacemos es subtitular todo el monólogo para que las personas que tengan discapacidad auditiva, como yo, podamos entender. Como te decía, yo he ido a ver a compañeros y no he oído la mitad de las cosas que decían. Mi compañero se está perdiendo lo que dicen para chivarme lo que han dicho, es una pena para los que no oímos. La gente cuando dices que es un proyecto para sordos se creen que tienes que ser sordo total, tu puedes ser sordo con un grado de discapacidad, no tienes por qué ser sordo total, ni un poco ni mucho. Es para todas las personas que tengan algún grado de discapacidad auditiva. Lo hago con Bianca, una compañera, y estamos felices porque es un proyecto en el que podemos dar voz a esas personas que necesitamos que nos chiven las conversaciones que no podemos oír. - Muchas gracias. - Gracias.

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