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Rafael Amargo asegura que no ha tenido ninguna discusión de pareja con Luciana Bongianino

Ficha técnica


Fecha 07/03/2022
Parte 1
Duración 00:07:02
Sonido Totales
Edición Editado
Localización Madrid
Firma Europa Press

Rafael Amargo asegura que no ha tenido ninguna discusión de pareja con Luciana Bongianino desde que salen juntos: "sí, sí. Somos una piña. Lo hemos entendido muy bien y de momento, todavía, no hemos discutido y llevamos ya unos años". Su buena relación se debe al respeto y comprensión que se profesan el uno al otro: "el respeto y la comprensión de que yo soy una persona muy fácil pero soy una persona extrovertida pero luego soy más fácil que la tabla del uno. Ella, que es más lista que yo, me deja mis licencias y luego me ata en corto". Confiesa haber visto fortalecida su relación desde que empezara todo el proceso judicial: "estaba muy fuerte, pero es verdad que esta vez, hemos estado como más unidos dentro de un viaje o una flipada así muy grande". Rafael Amargo adelanta que habrá una entrevista en exclusiva en la que hablará de su situación actual con la justicia: "vamos a hablar de los palos". Adelanta que la investigación comenzó mal en el momento en que entraron en su vivienda sin tener permiso: "para empezar, tú no puedes entrar en un sitio un día que no tienes permiso para entrar. Eso ya es un delito, no está bien hecho". Rafael Amargo no se perdonaría que su abuelo de 103 años falleciera antes de ver su sentencia de inocencia: "como mi abuelo faltara y no pudiera ver la inocencia de su nieto, como en otros casos ha pasado, me dolería mucho". Asegura ser muy diferente a sus padres en cuanto a personalidad pero todos comparten los valores y educación: "yo soy más rebelde que mis padres, todo lo contrario a mí es ellos. Yo he tenido esa educación y esos principios. He sido un rebelde pero nunca me ha pasado una cosa así tan devastadora". Rafael Amargo no se rinde y piensa utilizar los dos recursos que le quedan para apelar a la fiscalía: "esto es hasta el último momento. No piensa tirar la toalla: no, es que no hay otra. Se tiene que aclarar o si no, me voy a encargar yo de que se aclare". Rafael Amargo opina que su caso tiene que llegar a otras manos para que se pueda hacer justicia e insinúa que no hay un trato justo hacia su persona: "pero tiene que llegar a otras manos, porque las mismas manos van a leer lo mismo. Los mimos ojos ven lo mismo y nadie va a dar su brazo a torcer". Rafael Amargo asegura no tener miedo de la gente que le critica pero aceptaría su destino en caso de acabar de forma desfavorable para él: "hombre, por un lado puedo tener miedo porque verdaderamente sí, pero por otro lado no tengo ningún miedo. Si hay que morir como Federico García Lorca, pues se muere así". Desde que se viera implicado en la trama de investigación, sus amigos le han apoyado y sus conocidos han decidido alejarse: "la sociedad ha hecho, lo que normalmente una persona hace. Mis amigos, que me quieren y que están cerca, que saben perfectamente que no ha pasado nada, han estado conmigo a muerte y más me quieren". Algunos de esos conocidos ahora le llaman arrepentidos para disculparse: "de hecho, gente que hace un año no me llama, ahora me llaman y algunos me piden perdón". Rafael Amargo denuncia el acoso e insultos que recibe en redes sociales y le gustaría que la gente no se escondiera detrás de un perfil privado para criticarle: "hay mucha gente que tiene el rechazo y el prejuicio. Lo entiendo porque es normal pero ojalá, me encantaría, que toda esa gente que en redes sociales me critica con perfiles cerrados, que sean tan valientes y que lo abran. Es muy fácil esconderse detrás de un perfil y hacer seguidores en contra cuando sale todo de lo mismo". Reta a esas personas a que se dirijan a él de frente y a cara descubierta: "que se vistan por los pies y hagan las cosas como hacen las cosas los hombres". Rafael Amargo vuelve a los actos públicos desde su distanciamiento de la vida pública: "sí, es el primer acto social al que salgo desde todo el hecatombe". Asume su puesto como director de la joven Compañía Nacional de Flamenco y reconoce ser una labor difícil de llevar: "los prodigios y talentos que tienen son maravillosos pero bueno, hay que lidiar con ellos y con los padres". Total Rafael Amargo: - Hola, Rafa. ¿Qué tal? - Muy bien. - Hoy toca poner espectáculo en esta gala. - Sí, es el primer acto social al que salgo desde todo el hecatombe. Primer acto social con la Joven Compañía Nacional de Flamenco a la que se me ha dado asumo el cargo de la dirección. Es una cosa muy bonita pero, también, muy difícil porque es con niños de 9 a 17 años. Los prodigios y talentos que tienen son maravillosos pero bueno, hay que lidiar con ellos y con los padres. - Había muchas ganas. - Sí, muchas ganas, sobre todo, porque el proyecto es precioso y es muy como todo lo opuesto que se pueda imaginar la gente. - Un proyecto en el que siempre te acompaña Luciana. - Sí, sí. Somos una piña. Lo hemos entendido muy bien y de momento, todavía, no hemos discutido y llevamos ya unos años. - ¿Cuál es el secreto para llevarse tan bien y mirarse como os mirabais en el photocall? - El respeto y la comprensión de que yo soy una persona muy fácil pero soy una persona extrovertida pero luego soy más fácil que la tabla del uno. Ella, que es más lista que yo, me deja mis licencias y luego me ata en corto. - En estos momentos tan duros que habéis pasado, ¿Se ha reforzado ese amor, esa unión? - Estaba muy fuerte, pero es verdad que esta vez, hemos estado como más unidos dentro de un viaje o una flipada así muy grande. De todas formas, no puedo hablar mucho porque pasado mañana veréis una exclusiva en Diez Minutos. Ahí os lo voy a contar todo con cariño. - ¿Exclusiva de tu relación con Luciana? - De la vida, nunca he hecho esto en mi vida. - ¿De tema personal, profesional? - Yo creo que de lo que le gusta la gente. Últimamente, es por los palos que me han dado. Vamos a hablar de los palos. - ¿Cómo estás? Después de todas esas noticias. - Hasta el final, lo más normal en una pelea es que me digan eso. Yo me tengo que esperar, no puedes dar tu brazo a torcer. Cuando te demuestro, hasta que se estire, ahora sería también cortarlo o - Entiendo que vas a recurrir hasta el final. - Hombre, es que claro, cuando la gente se vaya dando cuenta de cosas, como ya se están dando cuenta para empezar, tú no puedes entrar en un sitio un día que no tienes permiso para entrar. Eso ya es un delito, no está bien hecho. - Ya estás diciendo algo ahí. - Te estaba esperando a ver si entrabas. Vamos a tomárnoslo así porque, verdaderamente - Crees que no se ha hecho justicia. - Yo lo que creo es que me dolería muchísimo que mi abuelo, un señor al que quiero y respeto, con un pedigrí y una estirpe estupenda, con 103 años, que está muy bien, gracias a Dios. Como mi abuelo faltara y no pudiera ver la inocencia de su nieto, como en otros casos ha pasado, me dolería mucho. - Tus padres han sufrido mucho. - Mis padres, muchísimo. Mis padres son unas personas, éticamente, super correctas, religiosos, que me han educado en un colegio del Opus Dei. Yo soy más rebelde que mis padres, todo lo contrario a mí es ellos. Yo he tenido esa educación y esos principios. He sido un rebelde pero nunca me ha pasado una cosa así tan devastadora. - ¿Cómo han llevado este último varapalo que ha salido? - Este último no es un varapalo porque todavía quedan dos recursos más para poder apelar. Esto es hasta el último momento. - La lucha sigue, dos recursos quedan. - La lucha es que hay que comprarse, pasado mañana, el Diez Minutos. - Aquí estaremos. Tienes posibilidad de que las cosas se aclaren. - No, es que no hay otra. Se tiene que aclarar o si no, me voy a encargar yo de que se aclare. - ¿Confías en la justicia? - Confío mucho en la justicia. Si la justicia se para, se sienta, lo hace bien desde arriba, lo van a hacer muy bien, porque es muy fácil, es quererlo leer. Pero tiene que llegar a otras manos, porque las mismas manos van a leer lo mismo. Los mimos ojos ven lo mismo y nadie va a dar su brazo a torcer. - ¿Crees que hay una mano negra detrás de esto? - - Estás diciendo mucho. - Blanco, añil, violeta y negro. Rojo, verde, azul. - ¿La sociedad te ha juzgado o te ha apoyado? - Mira, yo no puedo decir. La sociedad ha hecho, lo que normalmente una persona hace. Mis amigos, que me quieren y que están cerca, que saben perfectamente que no ha pasado nada, han estado conmigo a muerte y más me quieren. Pero la gente, si pueden escoger otra cosa, echan un paso para atrás porque más vale prevenir que curar. Tampoco se lo deseo. De hecho, gente que hace un año no me llama, ahora me llaman y algunos me piden perdón. Yo también soy muy hetero: ¿dónde habéis estado, que no os he visto?. entiendo que es un curso que va así y todo lo que tenga que venir, va a ser positivo, bueno. Algunos me llamarán, otros me pedirán perdón. - ¿Te han dejado de llamar después de todo esto que ha pasado? - Sí, eso es lo que estoy hablando. Hay mucha gente que tiene el rechazo y el prejuicio. Lo entiendo porque es normal pero ojalá, me encantaría, que toda esa gente que en redes sociales me critica con perfiles cerrados, que sean tan valientes y que lo abran. Es muy fácil esconderse detrás de un perfil y hacer seguidores en contra cuando sale todo de lo mismo. Ojalá estas personas luego tuvieran la valentía de decir: perdona, me he equivocado. Porque claro, te dicen una palabra y la masa sigue con la palabra. Yo la palabra no la había escuchado ni en los libros. Lo de narcotraficante me queda muy grande. ¿Dónde están los Ferrari? - Cuando se aclare todo, ya te pedirán perdón. - Esperemos que cuando se acabe todo - ¿Tienes miedo? - Hombre, por un lado puedo tener miedo porque verdaderamente sí, pero por otro lado no tengo ningún miedo. Si hay que morir como Federico García Lorca, pues se muere así. Desde luego, miedo, ¿A qué voy a tener miedo? ¿A cuatro personas que hacen mal las cosas como cobardes que son? Que se vistan por los pies y hagan las cosas como hacen las cosas los hombres. - Dicho queda. Gracias Rafa. - Adiós

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