Ficha técnica
Juan Antonio Ruiz, 'Espartaco', habla de la tristeza que le causa celebrar el homenaje a Jaime Ostos en la plaza de toros de La Real Maestranza: "si, es un día triste. La maestranza, cada vez que viene uno pues siempre es para ver un espectáculo hermoso y una tarde bonita. Pero bueno, esta tarde es triste". Aún así, no ha querido perderse la última vuelta al ruedo de su compañero de profesión: "acompañar al maestro en su última vuelta al ruedo pero teníamos que estar aquí. Es un honor poder estar, haberlo podido conocer, ser su amigo y una grandiosa figura del toreo. Por lo tanto, estoy aquí triste, pero estoy". Recuerda con mucha estima a Jaime Ostos y asegura que era igual de temperamental dentro de la plaza de toros que fuera: "yo creo que los toreros, son como son como personas son como toreros. Jaime era un torero muy impulsivo, de mucha raza, mucha personalidad y de mucho amor propio, indudablemente su vida era igual". Piensa en que el homenaje es algo que a Jaime Ostos le hubiese gustado y espera que él pueda verlo desde donde esté: "estamos aquí, en esta última vuelta al ruedo en la gran maestranza, y dios quiera que en esta plaza de ahí, de donde esté, nos esté viendo a todos sus amigos pues sí, de la maestranza al cielo. Es muy duro, muy triste, pero supongo que a él es lo que más le hubiese gustado" Total Juan Antonio Ruiz: - Qué día tan diferente en la Maestranza, ¿verdad? - Si, es un día triste. La Maestranza, cada vez que viene uno pues siempre es para ver un espectáculo hermoso y una tarde bonita. Pero bueno, esta tarde es triste. Acompañar al maestro en su última vuelta al ruedo pero teníamos que estar aquí. Es un honor poder estar, haberlo podido conocer, ser su amigo y una grandiosa figura del toreo. Por lo tanto, estoy aquí triste, pero estoy. - Maestro, ¿qué recuerda de Jaime? ¿Cómo lo definiría? - Bueno, como torero fue un torero extraordinario, un torero muy temperamental y de mucha raza. Yo creo que igual que como persona. Yo creo que los toreros, son como son como personas son como toreros. Jaime era un torero muy impulsivo, de mucha raza, mucha personalidad y de mucho amor propio, indudablemente su vida era igual. Era un gran hombre y un gran amigo. Estamos aquí, en esta última vuelta al ruedo en la Gran Maestranza, y Dios quiera que en esta plaza de ahí, de donde esté, nos esté viendo a todos sus amigos. - Decían en ese cartel que han enseñado: de la Maestranza al cielo. - Pues sí, de la Maestranza al cielo. Es muy duro, muy triste, pero supongo que a él es lo que más le hubiese gustado - Muchas gracias - Gracias
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