Ficha técnica
Carlos Sobera asegura que su mujer, Patricia Santamarina, está totalmente recuperada del derrame cerebral que sufrió hace dos años: “Historia pasada. Además, curiosamente, el 4 de febrero se cumplen dos años y desapareció por completo la lesión, no tuvo ningún tipo de secuela y la verdad es que está muy bien y con más ganas de pasarlo bien y de vivir que nunca”. “Yo el confinamiento me asustó al principio y me asusta, pero yo tengo la fortuna de ir a trabajar porque estaba haciendo ‘Supervivientes’ y me impactaba bastante las imágenes de la calle porque no había nadie. Estaba mi coche, algún coche más por allí y la policía haciendo controles, y nada más, entonces era apocalíptico todo”. Nervioso ante el estreno de ‘asesinos todos’: “Yo estoy por no venir mañana… no te cuento más, tengo ahí las mariposas que madre mía. ¿Por qué me meto en estos líos? Pero luego cuando sales a escena, en cinco minutos se te pasa y lo disfrutas como un enano”. El presentador nos habla de su personaje en su nueva obra de teatro: “Yo soy Pepe, un funcionario de Hacienda, un funcionario gris tremendamente legalista y respetuoso con la ley y en el fondo, emocionalmente hablando, muy egoísta y miserable. Soy un poco la china en el zapato de mis compañeros porque equivocadamente o no, ellos deciden cometer un asesinato y yo me opongo. A partir de ahí, en ese juego de miserias de cada uno por sacar su vida adelante pues me voy retratando como ese funcionario legalista y miserable que soy”. Entrevista Carlos Sobera: - Cuéntanos un poco cual es tu personaje en esta obra. - Yo soy Pepe, un funcionario de Hacienda, un funcionario gris tremendamente legalista y respetuoso con la ley y en el fondo, emocionalmente hablando, muy egoísta y miserable. Soy un poco la china en el zapato de mis compañeros porque equivocadamente o no, ellos deciden cometer un asesinato y yo me opongo. A partir de ahí, en ese juego de miserias de cada uno por sacar su vida adelante pues me voy retratando como ese funcionario legalista y miserable que soy. - Parece, por lo que he leído, que se te va la paciencia al límite. - Sí, la paciencia al límite por un lado y por otro los limites entre el bien y el mal porque a veces las personas somos capaces de hacer lo que haga falta e incluso como se dice en la función alguna vez, matar si fuera necesario metafóricamente hablando por conseguir lo que crees que es tuyo. En mi caso, yo solamente aspiro a heredar a mi madre y mi madre se ha echado un novio ruso de 25 que se la trajina muy bien y parece que me voy a quedar sin herencia… A partir de ahí, empieza la historia. - ¿En el día a día tienes paciencia o llegas a límites extremos que te ha apetecido matar a más de una persona? - Hombre, hay a más de uno que le hubiese dado un pescozón… Cómo nos pasa a todos, ¿quién no ha tenido alguno en su vida desde un compañero de colegio hasta un profesor pasando por un vecino? Mira, ¡qué te meto! Pero yo tengo mucha paciencia, tengo una paciencia que lo digo de verdad, ¿eh? A todos nos pasan cosas y veo como reacciono… Yo solamente me pongo tenso o me enfado cuando veo que se comete algo injusto. Si se enerva mi sentido de la justicia, ponte a salvo, si no, ya me pueden tocar las narices que tengo una paciencia infinita. - ¿No te parece que con esto del coronavirus saca lo peor de nosotros también? - Es que esa contradicción está ahí en la calle. Por un lado, somos pacientes porque lo que nos hace, lo que nos pasa, lo que nos dicen, lo que no nos cuentan y aguantamos el tirón todos espectacularmente. Somos obedientes en general, pero hay excepciones. En la vida de cada uno, hay gente que sí que el confinamiento le ha llevado a una situación límite y ha perdido la paciencia, y se han producido incluso cosas desagradables. - ¿Tú cómo lo has llevado? Tú de todas formas, trabajabas y no has estado tan confinado, ¿no? - Yo tuve suerte. Yo el confinamiento me asustó al principio y me asusta, pero yo tengo la fortuna de ir a trabajar porque estaba haciendo ‘Supervivientes’ y me impactaba bastante las imágenes de la calle porque no había nadie. Estaba mi coche, algún coche más por allí y la policía haciendo controles, y nada más, entonces era apocalíptico todo. Entonces decías esto no sabes lo que es, pero luego el hecho de poder trabajar, salir un día a la semana, estar con los compis, hablar con el público en casa y tal, me metía oxígeno en vena, me daba aire fresco… No tenía la sensación de confinamiento y eso me ayudó bastante. - Pasarías también miedo porque eres diabético, ¿no? - Lo he pasado, asintomáticamente lo cogí y además en la primera ola. - Igual siendo diabético tenías más riesgo. - Sí, yo teóricamente era una persona de riesgo desde el punto de vista científico porque los que no tenemos el sistema inmunológico bien. Nos ha ido mejor porque por lo visto nuestro cuerpo no ha reaccionado de una manera tan virulenta, nunca mejor dicho contra el virus, que es lo que provoca la neumonía, la hinchazón y la muerte, pero yo si recuerdo que estaba preocupado y cuando pude hacerme el primer análisis allá por mayo me dijeron que había pasado el coronavirus y yo he estado perfecto. Me dijeron asintomático y me llevé una alegría porque dije mira, ahora tengo anticuerpos lo que duren… Parece que no, pero te libera un poco que te pongan la vacuna y he estado más tranquilo. Eso sí, ¿eh? He sido súper rígido con las medidas porque nunca sabes en el fondo lo que te puede pasar. - Fuiste asintomático, pero tu mujer y tus niñas. - Nadie. Mi mujer lo tuvo al mismo tiempo que yo porque nos hicimos el análisis el mismo día y los dos dimos anticuerpos, luego lo habíamos pasado juntos asintomáticamente. Nuestras hijas, que tienen un contacto muy directo con nosotros, la madre de Patricia, mi suegra, también… Nadie. Luego yo estaba muy preocupado en el trabajo porque tuve que pasarlo mientras que estaba haciendo ‘Supervivientes’, pero nadie del equipo. También es verdad que las medidas de seguridad que había en Fuencarral cuando hacíamos ‘Supervivientes’ eran flipantes, era como ir a la NASA. Todo el mundo muy concienciado, los cámaras, el equipo de dirección, todo el mundo guardando distancias, EPIS, en vez de mascarillas llevaban las mamparas… Era impresionante y además vacío incluso en el plató de ‘Supervivientes’ que estábamos doce. No había público, no había nada, entonces por eso yo creo que no se contagia nadie. - También era un reto porque no estaban todos los de sonido, a veces te oíamos desde casa. - Sí, el reto era tremendo. Habrá gente que lo ha notado y gente que no, pero no había cabeza caliente, en vez de siete cámaras había seis… Todos los equipos estaban reducidos a la mitad todo para evitar riesgos de contagios y gracias a eso oye, se pudo hacer todo y se puede hacer todo sin contagios. - El derrame que sufrió tu esposa, ¿es historia pasada? ¿Está bien? - Historia pasada. Además, curiosamente, el 4 de febrero se cumplen dos años y desapareció por completo la lesión, no tuvo ningún tipo de secuela y la verdad es que está muy bien y con más ganas de pasarlo bien y de vivir que nunca. - ¿Cómo está siendo la vuelta al teatro? - Fantástica, un poco acojonado porque estamos en… Yo pensaba que cuando decíamos que íbamos a estrenar en febrero del 2021 que esto ya habría pasado y parece ser que estamos peor que nunca. A ver cuando acabamos con esto y entonces estoy un poco preocupado, pero muy contento y además en mi teatro. Aquí yo me siento feliz en el Reina Victoria y luego tengo la fortuna de que Pepe es un director genial y un escritor maravilloso. Su compañero de escritura es Jordi Sánchez, el pescatero en ‘La que se avecina’, que es otro monstruo y luego trabajar con Elisa, Neus y Ángel es maravilloso. Es gente, a parte de muy buenos actores y actrices, es gente guay y sana. - Es una comedia, ¿nos vamos a reír? - Comedia total, la función está hecha para reírse con lo cual te digo ya que si la gente no se ríe es que lo estamos haciendo mal. Si no se ríe la gente, yo les doy derecho al que acabar la función nos sacudan. - ¿Qué días vamos a poder verlo? - De miércoles a domingo y luego estamos desde mañana viernes 5 de febrero hasta el 2 de mayo, tres meses prácticamente. - ¿Hay nervios ahora? - ¿Si hay nervios? Yo estoy por no venir mañana… No te cuento más, tengo ahí las mariposas que madre mía. ¿Por qué me meto en estos líos? Pero luego cuando sales a escena, en cinco minutos se te pasa y lo disfrutas como un enano. - Me imagino que se hará raro actuar delante de la gente con mascarilla, no ver risas y oírlas, o no saber si están serios. - Se les oirá la risa y luego los ojillos es que es imposible vérselos porque estamos aquí tan ciegos con la luz, pero la idea de que estamos ante la NASA, un grupo de científicos con sus EPIS y sus mascarillas y nosotros haciendo la función. - Ahora también vas a entrenar un programa, ‘El precio justo’. Es todo un clásico de la televisión. - Un clásico. Me van bien los clásicos, me fue bien con el millonario, con ‘Atrapa un millón’… Me gustan los clásicos y ‘El precio justo’ es un súper clásico. Además, yo lo veía cuando lo hacía Joaquín Prat y llegué a competir contra Carlos Lozano haciendo ‘El precio justo’ el en TVE y yo el millonario en Telecinco y es un formato que me gusta mucho. - ¿Acertabas algún escaparate? - No, nunca, era imposible. Pero me pasa en la vida real que pienso esto serán 300 euros y no, son 3000. No pego una, no sé cómo está la vida.
Relacionados