Pepe Viyuela lamenta la muerte de Asunción Balaguer

Pepe Viyuela lamenta la muerte de Asunción Balaguer: “Sabíamos que era inminente, sobre todo desde que cayó enferma hace una semana con el ictus, pero cuesta mucho hacerse a la idea”. El actor acude al tanatorio y recuerda a la actriz con muchísimo cariño: “Lo que más voy a recordar es la lección de vida que ella impartía cada vez que estabas con ella, la bondad, nunca le oí hablar mal de nadie, tenía buenas palabras para todo el mundo y disculpas para aquellas personas que se podían haber portado en algún momento mal con ella. Le faltaban las alas, era un ángel absoluto y ahora está, supongo, donde están las buenas personas”. Total Pepe Viyuela: - Apoyando a la familia en estos momentos tan duros, ¿no? - Sí, es un momento muy complicado que nunca viene bien. Sabíamos que era inminente, sobre todo desde que cayó enferma hace una semana con el ictus, pero cuesta mucho hacerse a la idea. Siempre pasa, cuando alguien a quien quieres se va te parece mentira y la ves por todas partes… lo que queda siempre es recordar los buenos momentos, agarrarte a ellos y agradecer a quien sea, a la vida, a dios o a la fortuna, el haber podido compartir momentos. Me vienen a la cabeza muchos y es lo que me hace sonreír. - Tú habías compartido con ella trabajo en “olmos y robles”, ¿no? - Sí, ese fue nuestro último trabajo juntos, pero antes habíamos vivido de una forma muy intensa la versión teatral de “el pisito”, de Rafael Azcona y eso nos dio la oportunidad de compartir ensayos, funciones, viajes, la gira, la estancia en Madrid. Y verla a ella, que en ese momento tendría 86 años, pero que estaba como una moza, que subía escaleras, que mantenía la memoria, el sentido del humor, la cantidad de historias que contaba sobre su vida profesional… era una maravilla. Recuerdo un cumpleaños suyo, comiendo toda la compañía juntos, el día que fuimos a Melilla atravesando la frontera, que llovía un montón y ella estaba como una niña celebran el hecho de volver a trabajar y estar viajando. Era un encanto. Te elevaba la moral y te hacía amar la vida, contagiaba eso. - ¿Qué es lo que más va a echar de menos o lo que más vas a recordar? - Lo que más voy a recordar es la lección de vida que ella impartía cada vez que estabas con ella, la bondad, nunca le oí hablar mal de nadie, tenía buenas palabras para todo el mundo y disculpas para aquellas personas que se podían haber portado en algún momento mal con ella. Le faltaban las alas, era un ángel absoluto y ahora está, supongo, donde están las buenas personas. En sus amigos estará siempre en un lugar del corazón muy espacioso, luminoso y amplio. Yo siempre que tenga que tener ganas de vivir me acordaré de ella. - Muchísimo ánimo. - Muchísimas gracias.