‘El Sevilla’ asegura que se ha llevado una gran sorpresa con Tamara Falcó

‘El Sevilla’ asegura que se ha llevado una gran sorpresa con Tamara Falcó y que conocerla es una de las mejores cosas que le han pasado durante su participación en ‘Masterchef Celebrity’: “Pero a mí me ha sorprendido personalmente mis prejuicios que son prejuicios que traslado. Creo que hablo en boca de muchísima gente de esta sociedad. Tamara la gente la veíamos de una forma y pensábamos que era así y Tamara es una tía estupenda, de verdad. No es que los demás no pero yo no tenía tantos prejuicios con los demás pero de las mejores cosas que han pasado ha sido conocer a Tamara”. Total El Sevilla: - Bueno Sevilla, ¿qué tal ha sido la experiencia de la cocina? - Pues positivo, siempre positivo. Aunque no lo hubiese sido siempre diría que sí, pero sí lo ha sido. - ¿Cuál es el plato estrella de ‘El Sevilla’? - Siempre han sido las papas fritas con huevos. Ahora he aprendido a hacerla con chorizo también. Lo que pasa es que las apariencias engañan pero estamos todos muy bien preparados. Yo pensaba que iba el más preparado pero todos sabían tanto o más que yo. - ¿Te han dejado hacer las papas en el programa o no? - Ha habido momento papas pero si es verdad es que yo desde los 10 u 11 años tenía la obligación en mi casa, por el trabajo de mis padres, cocinar. Yo en guiso creía que era el mejor que andaba de guiso, porque yo llevo más de treinta años haciendo guisos y resulta que todos saben hacer el guiso igual o mejor que tú. El tema de la cocina moderna, como me gusta, pues venía preparado y pensaba que esta gente no tenía ni idea de lo que es cocinar al vacío. Yo me compré mi máquina y todo y ahora resulta que todos tienen una máquina mejor al vacío. Tú vas preparado y vas como los pollos, sacando pecho como diciendo aquí está gente se va a cagar y resulta que todos saben tanto o más que tú. Por eso no es plato estrella, ¿no? Se me da bien la carne, se me da bien el pescao, los postres se me dan bien… Pero que al fin de cuentas se le da a todos igual o mejor que a mí. - Eres muy cocinillas, ¿no? - Sí, eso sí que es importante que al ser tú cocinillas te crees que tienes una ventaja pero todos son tanto o más cocinillas que tú. Entras entrando como un cocinillas pero lo bueno es que sales cocinando como un cocinero que es la diferencia, ¿no? Desde como coges la sartén o mueves un sofrito. Sales cocinando como un cocinero en las formas, no igual de bien. - Y de todos los compañeros, ¿quién has dicho madre mía esto cómo es? - Yo te voy a decir que ha ganado quién se merecía ganar, de verdad. Pero a mí me ha sorprendido personalmente mis prejuicios que son prejuicios que traslado. Creo que hablo en boca de muchísima gente de esta sociedad. Tamara la gente la veíamos de una forma y pensábamos que era así y Tamara es una tía estupenda, de verdad. No es que los demás no pero yo no tenía tantos prejuicios con los demás pero de las mejores cosas que han pasado ha sido conocer a Tamara. Cocinando también la tía, creía que no había cocinado en su vida y no había entrado en la cocina ni a por un vaso. Eso decía la Obregón “yo no he entrado en la cocina ni a coger un vaso” y madre mía, y después la tía no solamente con la comida si no también con las medidas. - Lo hace para despistar. - Yo creo que sí, yo creo que aquí ha venido todo el mundo como no queriendo dar pistas. - ¿Pero ha habido buen rollo entre vosotros o algún rifirrafe? ¿Cómo ha sido la relación entre los compañeros? - El grupo siempre es el grupo pero piensa que estamos ahí compitiendo. Todos hemos tenido mal rollo en un momento personal con el otro o con la otra porque estás compitiendo. Estás intentando de ganarle a tu compañero con el que después compartes una mesa para sentarte. El mal rollo que hay es que si yo tengo que hacer un lenguado y otro tiene que hacer un lenguado, estás nervioso y la otra está nerviosa y siempre ha habido mal rollo de que pena que te han eliminado. No campeón, te han eliminado y yo estaba aquí para que te eliminaran ósea que te he eliminado yo. Y ahora después el abrazo claro, pero es un concurso. - ¿Después de haber acabado las grabaciones seguí teniendo contacto? - Claro, claro hombre. Yo normalmente los programas que he tenido así de grupo no he perdido el contacto y aquí también. Es lo que siempre queda un poco. Cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre pero todos tenemos una cosa en común y es que estamos totalmente desubicados. Entras en un sitio, tú estás acostumbrado… El ejemplo que pongo es el de Avellaneda que es otro de los grandes encuentros de esas personas que me han encantado conocer. Avellaneda será un monstruo cortando la tela con unas tijeras pero aquí tienes que cortarle con unas tijeras la cabeza a un conejo. Estamos todos desubicados, claro. Esa tensión es la que te hace que no sea tan fácil esa comida que tú hacías en tu casa porque tú cuando te compras el conejito te lo compras pelado. Y ahora te encuentras que tienes que compartirlo con tu compañero que quién lo haga mejor es quién se queda. Esa competitividad en la productora y TVE saben muy bien cómo hacerlo para que después tenga el interés que tiene. - Pues nada, felicidades Sevilla y veremos tus papas. - Espero no defraudar a nadie.