Fernando Romay cuenta anécdotas de "la cofradía del chuletón" con Jose María Iñigo

TOTAL A FERNANDO ROMAY: -UN DÍA TRISTE… -SÍ POR LO SORPRESIVO Y POR EL CARISMA QUE TENÍA JOSÉ MARÍA Y ESO QUE A NOSOTROS NOS UNÍA SOLO UN PLACER QUE ES EL COMER. NOS REUNÍAMOS LA COFRADÍA DEL CHULETÓN A PASARLO BIEN Y ERA UN TIPO SUMAMENTE ESPECIAL Y DE ÉL SE APRENDÍA MUCHO. SE APRENDÍA SOBRETODO A TENER RIGOR EN TU CONVICCIONES Y A ESCUCHAR LAS DE LAS DEMÁS. CADA UNO SOMOS DE SU PADRE Y DE SU MADRE Y CADA UNO TIENE UNAS IDEA ABSOLUTAMENTE DISTINTAS Y ÉL ESCUCHABA MUY BIEN. DESPUÉS HACER EXTENSO A LOS NIÑOS. YO ME QUEDO CON UNA COSA QUE DECÍA CÓMO ES POSIBLE QUE UN RESTAURANTE EN EL QUE COBRAN TANTO PONGAN TAN MAL CAFÉ. ES VERDAD. SON COSITAS QUE VAN QUEDANDO. -¿CÓMO ERA ESO DE LA COFRADÍA DEL CHULETÓN? -SOMOS UN GRUPO DE LOCOS QUE NOS REUNIMOS Y NOS REUNIMOS PARA COMER BUENA CARNE. YA HABRÁ AQUÍ UNOS CUANTOS QUE PASAMOS A DECIRLE ADIÓS.