Ficha técnica
Gabriela Andrada, hija de Minerva Piquero, habla de sus padres: "yo creo que estar muy orgullosos. Y me atrevería, bueno, mi madre ha sido mi mayor apoyo. Sí. Desde que soy adolescente y mi hermano también. Creo que a mi padre le ha costado más hacerse a la idea, pero ahora creo que de repente ha dicho, ah, te está yendo bien, ¿no? Y yo sí, y ha dicho, ah, vale. Y he estado como muy sorprendido, ¿sabes? Pero me hace ilusión demostrarle que se puede". En cuanto a por qué les ha costado esta profesión, reconoce: "no, pues yo creo que porque viene de otro mundo. Sin más, viene del mundo de empresariales, económicas... Y es una carrera como más difícil de entender". Sobre si esta profesión es dura, reconoce: "no hay ninguna garantía. O sea, puedes hacerte tres pelis seguidas y luego comerte los mocos durante dos años. Y ya no es una cuestión de estar trabajando o no trabajando, eso ocupa tu tiempo entre rodajes, ocupa tu cabeza. Siéntete útil, gana dinero, gestiona lo que tienes, ten ilusión. Bueno, ilusión siempre hay". Total Gabriela Andrada: - Bueno, llegamos al final, pero guau, ¿no? - Sí, ha sido un viaje muy emocionante. Yo creo que no...No era capaz de imaginarme el pelotazo que iba a ser, aunque la primera ya había sido un pelotazo. Visto desde fuera, siempre se... bueno. O sea, adentro es muy grande todo. - ¿Cómo ha sido trabajar con Gabriel, con Nicole? - Ah, muy divertido. ¿No? El elenco. Muy divertido. Yo nunca había trabajado con gente de mi edad en rodajes, entonces había un ambiente bastante festivo, la verdad. Sí. Sí, sí. - La culpa que has aprendido es una palabra que a diario nos acompaña, ¿no? - Bueno, yo me la intento quitar de encima. Creo que es una cosa muy jodiocristiana. Culpa por todo. Culpa por descansar. Culpa por disfrutar. Bueno. ¿O no? - Dices, me la intento quitar. ¿Por qué? ¿Porque te has castigado tú mucho? - Bueno, sí, como todos. Sí. Todos estamos como, haz más a nosotros mismos. Trabaja más, haz cosas mejores. Y más en los creativos. Porque tus compañeros hacen más. Y tú estás como, no, socorro, por favor, quiero ser feliz. - ¿Te has sentido culpable alguna vez? Que digas, jo, me arrepiento de esto. - Sí. ¿Voy a admitirlo? No. - ¿No? - No. No, no. Vale. - Oye, ¿tu mamá qué te dice? ¿Tu familia? - Te quiero. Pues yo creo que estar muy orgullosos. Y me atrevería, bueno, mi madre ha sido mi mayor apoyo. Sí. Desde que soy adolescente y mi hermano también. Creo que a mi padre le ha costado más hacerse a la idea, pero ahora creo que de repente ha dicho, ah, te está yendo bien, ¿no? Y yo sí, y ha dicho, ah, vale. Y he estado como muy sorprendido, ¿sabes? Pero me hace ilusión demostrarle que se puede. - Es difícil. - ¿Dedicarse a la interpretación? Sí, no lo recomiendo. - ¿Por qué? - Bueno, porque no hay ninguna garantía. O sea, puedes hacerte tres pelis seguidas y luego comerte los mocos durante dos años. Y ya no es una cuestión de estar trabajando o no trabajando, eso ocupa tu tiempo entre rodajes, ocupa tu cabeza. Siéntete útil, gana dinero, gestiona lo que tienes, ten ilusión. Bueno, ilusión siempre hay. - ¿Por qué a tu papá le costó un poquito más, Gabriela? - Oye, estás muy maruja tú, ¿eh? No, pues yo creo que porque viene de otro mundo. Sin más, viene del mundo de empresariales, económicas... Y es una carrera como más difícil de entender. - ¿Algún sueño que tengas la última no te quito más tiempo? ¿Algún sueño? - Sí, claro. Trabajar toda la vida. - Ojalá se te cumpla. Muchísima mierda. - Gracias, chao.
Relacionados