Ficha técnica
Mar Flores en la presentación de sus memorias 'Mar en Calma', desvela el porqué le ha mostrado a sus hijos su historia a través de un libro: "era la base, la intención, había dos bases, contar la verdad y se la podía haber contado a mis hijos en una cena o en 27, pero la he contado públicamente porque mi escarnio ha sido público, por eso he decidido escribir un libro". En la actualidad la modelo se define a sí misma como: "pues que soy un mujerón, ¿no, Laura? Perdón, suena prepotente. Pero ¿por qué no? Nunca me he echado piropos a mí y siempre me he cargado lo que opinaban de mí y ahora yo soy la que opino de mí y pienso que soy un mujerón. Se dirige a su terapeuta, Laura García y le subraya: "cuando llegué era una muñeca rota, frágil y muchas cosas más". Mar Flores destaca: "bueno, he contado con el apoyo de mi familia. El segundo proceso, familia en general, no solo mis hermanas, mis primos, mis primas que están aquí, familia... Familia. Hubo un momento que me costó mucho, que es... Momentos que afectan a otras personas que forman parte de mi vida. Me hubiera gustado no describirlas. Y un momento en el que dudé bastante y pregunté a personas cercanas y sobre todo ¿qué hago? Porque es que creo que debo de evitar este capítulo por evitar a este personaje. Creo que debo evitar esto por evitar a este personaje porque es que me va a caer la respuesta inmediata y va a desvirtuar lo que quiero contar en el libro". Argumenta el motivo por el que ha nombrado a varios protagonistas: "merece la pena porque yo, como te digo, hablo en el libro de una manera muy elegante. Quien lo ha leído lo sabe, quien está escuchando piensa que el libro a lo mejor sea de otra manera, pero en el libro se habla de una manera muy elegante. Y decidí hablarlo y contarlo desde el perdón, desde la tranquilidad, desde la paz, desde mi verdad. Y entonces no... Porque si no, no hubiera sido el mismo libro, hubiera sido el libro de la mar que habían educado como la habían educado y sin contar las cosas como son. Y yo creo que eso fue un paso valiente que me ha costado mucho dar, porque repercute también en mi hijo, en mis hijos, en mi expareja, exparejas. Pero los que me quieren que salen aquí lo han entendido y los que no me quieren que salen aquí, pues ya lo entenderán". De sus errores saca aprendizajes y comenta: "estoy dispuesta también a seguir aprendiendo, pero eso sí, no a cometer los mismos fallos que yo he cometido. Intento que mis hijos no los cometan". Insiste en los motivos que le han llevado a narrar su historia: "vida. En función del personaje, lo cuenta como a él le beneficia o a ellos les beneficia. O como en ese momento tienen interés en proyectar una y esto repercute en mi familia. Y precisamente porque repercute en mi familia, ella ha sido público, necesitaba una manera de expresarme donde no fuera modificado, ni fuera alterado, ni edulcorado, ni nada, sino que fuera simplemente contado como tal. Porque en España yo he sentido que la ley del derecho al olvido conmigo, conmigo, no ha existido ni se ha respetado". Destaca la importancia de la lucha de las mujeres y de las mujeres que son madres: "sí, las mujeres somos mujeres, importantes o no, conocidas o desconocidas, somos mujeres y si nos hacen algo malo, nos duele. Y si hay que luchar por tus hijos, se lucha. Y si hay que romper barreras y hacer una gran cruzada para defender tu honor y tu familia, pues se hace. Es que te llames como te llames". Aunque no pretende ejercer de couche: "pero hay muchos relatos de biografías de hombres y mujeres muy interesantes que sin necesidad de ser profesionales, o de la psicología, han conseguido dejar testimonios que los leemos y decimos ¡guau! ¡Qué personaje! ¡Qué mujerón! ¡Qué hombre! Entonces, creo que eso, si lo hago, no es para dejar un testimonio, mi testimonio está aquí. Será porque a lo mejor resulta que siempre me ha interesado ese terreno". Se despide diciendo: "hoy hay una pequeña selección de las personas que han pasado por mi vida de una manera u otra. Hay familia. Pero hay personas que han significado siempre algo importante, con las que he tenido un reencuentro personal, momentáneo, o han hecho clics de mi vida para bien o para mal, y si están hoy aquí es porque han captado que en esta vida hay que siempre ir en la dirección positiva y en la dirección de ser buena persona, sobre todo". Mar comenzó la rueda de prensa, subrayando el cambio que hay de ella ante la prensa: "y en cuanto a mí no ha cambiado nada, que conste que ni antes ni ahora he intentado ni santificarme ni hacerme la víctima. Pretendía que este libro fuese un punto que hiciera reflexionar o que hiciera empatizar con mujeres que han vivido las mismas experiencias que yo, llamándose como se llamaran. Pero he llegado a la conclusión de que quizás más que hacer una reflexión lo que tengo que entornar es el mea culpa. El mea culpa porque he sido educada en la discreción, en el silencio, en la compostura, en aguantar, en aguantar los golpes una y otra vez, en esconderme, en preferir disfrazar las cosas, en querer dar a los periodistas una imagen de fría, de frívola, de distante, antes de mostrarme cómo soy. Y hoy puedo decir que esto se ha acabado, que soy una mujer nueva, que soy una mujer en calma, y que esto a ninguna mujer más le puede volver a pasar". RDP Presentación memorias: Imágenes de Mar Flores sentándose en la mesa para ofrecer la rueda de prensa junto a Martín Bianchi y Laura García Agustin. Imágenes de la presentadora que dice unas palabras: "A códigos machistas muy arraigados. Nadie por entonces miró más allá. Nadie vio a la hija, a la hermana, a la madre, a la amiga. Nadie vio a Mar. Nadie la escuchó. Por eso hoy, muchos años después, con una trayectoria profesional y personal consolidada, y por qué no decirlo, un largo proceso de reconstrucción, Mar ha decidido escribir este libro y contar sin revancha, pero hablando muy claro cómo fueron aquellos años que le tocó vivir. Gracias. Lo que le pasó a ella... que hemos tenido ya que imprimir la segunda edición. Felicidades. Sin más, os cedo la palabra a ti y a tus presentadores. En primer lugar, la psicóloga Laura García Agustín, que se llama El valor de lo vivido. Muy a colación de este libro que hoy presentamos. Y al periodista Martín Bianchi, autor de una obra también publicada en la esfera Baby y CristA. Hoy estamos aquí acompañando a una mujer que ha decidido contar su historia de forma clara y directa. Y no hablo solo de compartir recuerdos, experiencias o etapas profesionales, que también, sino de contarse desde dentro. Gracias. De desnudarse emocionalmente ante todas las personas de años, solo han visto una imagen. Lo fácil habría sido quedarse en la superficie, en el personaje, que todo el mundo ya conoce, pero lo que nos regala Mar en su libro es algo mucho más difícil. Porque se trata de una narración sin filtros de su vida, una historia que no teme mostrar sus sombras, sus caídas, sus duelos, sus contradicciones, sus heridas. Pero también sus victorias, su crecimiento, su fortaleza. En sus páginas vamos a encontrar a una mujer compleja, sensible, lúcida, pero sobre todo valiente, que ha atravesado experiencias que habrían roto a muchas personas y que desde luego a ella la quebraron, pero de las que ha sabido reconstruirse, no una, sino muchas veces. Eso es en esencia lo que significa resiliencia, una palabra que ella misma menciona en varias ocasiones en su relato y que yo explico a mis pacientes cada día. La capacidad de resistir, de adaptarse, de transformar el dolor en sentido. Y de eso venimos aquí a hablar hoy. De la capacidad de una mujer, de esta mujer, para recomponerse y seguir adelante a pesar de lo que le suceda, aprendiendo de ello y creciendo con ello. Como psicóloga clínica me gusta explicarle a mis pacientes que la resiliencia no es una postura heroica, no es aguantar, no es ser fuerte. No es no haber caído nunca. La resiliencia es haber estado en el suelo y decidir levantarse. Es no rendirse a la versión más rota de una misma. Es mirarse al espejo sin filtros y aún así seguir eligiéndose. Lo que este autor ha vivido y que ahora nos permite conocer va mucho más allá de lo que podríamos imaginar viendo solo su faceta pública. Es una vida llena de luces, que duda cabe, pero también de pérdidas.. Pero son insoportables y aún así, a pesar de todo, ha elegido contar su historia como un acto de generosidad, porque realmente Mar se expone muchísimo. Es inevitable exponerse cuando hablamos de nosotros mismos a los demás, eso ya lo sabemos, pero cuando alguien se atreve a decir esto me pasó, esto me dolió, así sobreviví y así me rehíce, Lo que en realidad está diciendo es, soy vulnerable, pero aquí estoy. Imágenes de Laura García diciendo unas palabras: "Este libro no es una rendición de cuentas, es una declaración de fortaleza, es la voz de una mujer que ha aprendido a aceptarse, a no huir de su historia, sino a habitarla, a hacerla suya, con sus luces y con sus sombras, a dignificarla, a narrarla con su propio lenguaje, con sus propias palabras, Y eso desde donde yo me sitúo como psicóloga es profundamente transformador porque en un mundo en el que muchas personas se sitúan solas, perdidas, desbordadas por expectativas imposibles, historias como esta nos devuelven el permiso para ser humanos, para equivocarnos, seamos quien seamos, nos llamemos Mar Flores o Pepita Pérez. Para no fingir, para hablar del sufrimiento sin doblez, para comprender que la belleza no está solo en lo bonito, sino también y sobre todo en lo que ha cicatrizado. Así que Mar, gracias por mostrarte completa, por atenderte, para mostrarte no solo como la mujer que admira a muchísimas personas y que pueden ver en las revistas, en la tele o en las redes sociales, sino también a mostrarte como la persona que ha caminado por dentro de su propia oscuridad para encontrar luz dentro de su propio mar, ahora en calma. Mucho de este proceso tiene que ver con la independencia emocional que supone haber perdonado. El perdón es terapéutico, parte de uno mismo y redunda en un beneficio personal enorme, no necesita al otro. Gracias por ver el video.
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