El Deterioro Cognitivo Leve afecta a tres de cada diez personas mayores de 65 años 

Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra el próximo el 21 de septiembre, Nutricia, la división de nutrición especializada de Danone, ha lanzado en la Comunidad Valenciana la campaña "Pequeñas Lagunas" para concienciar a la sociedad ante los primeros signos del Deterioro Cognitivo Leve (DCL) y su detección precoz e intervención temprana, así como para promover y apoyar la colaboración interdisciplinar entre los diferentes colectivos sanitarios (farmacéuticos, médicos de atención primaria y neurólogos). Se espera que 1,2 millones de personas mayores de 55 años participen en esta iniciativa, que tendrá lugar del 16 de septiembre al 15 de octubre. Según un estudio sociológico realizado por Danone Nutricia, el 65% de los valencianos presenta olvidos a diario, a los que no le dan importancia ya que consideran que es algo normal asociado a su edad. Sin embargo, los expertos advierten de que el DCL se manifiesta con síntomas como no recordar las fechas con facilidad, presentar menor destreza en las pequeñas tareas cotidianas, olvidar los nombres de personas o cosas conocidas, perder el hilo de las conversaciones y experimentar cambios de comportamiento (sensación de apatía o desgana, desorientación y pérdida de habilidades sociales). Por ello, estos olvidos pueden ser un primer signo de deterioro cognitivo. El Deterioro Cognitivo Leve afecta a tres de cada diez personas mayores de 65 años. La diferencia principal entre el DCL y la demencia se basa en el rendimiento funcional del individuo (habilidades físicas, ejercicio). En el DCL no hay deterioro funcional y, si lo hay, es mínimo y no impide la realización de actividades cotidianas. En cambio, en la demencia, el deterioro funcional es evidente y afecta a la capacidad de desarrollar con normalidad e independencia las actividades de la vida diaria. El DCL puede llegar a evolucionar a demencias, como enfermedad de Alzheimer, con los años, por lo que el diagnóstico precoz y los tratamientos para ralentizar su avance resultan clave de cara a preservar por más tiempo la calidad de vida de estas personas. Cabe destacar el papel del farmacéutico comunitario, que como profesional de la salud accesible, desempeña un papel esencial en la detección precoz y en la mejora de la calidad de vida de quienes se enfrentan al deterioro cognitivo. Además, gracias a su experiencia, el farmacéutico puede colaborar estrechamente con otros profesionales sanitarios.