Ficha técnica
Los estornudos, la mucosidad, la congestión nasal, el lagrimeo en los ojos, la tos seca, la irritación, el picor nasal, y / o la fiebre leve Son algunos de los síntomas que nos alertan de que, sin duda, la gripe y los resfriados están de vuelta. Tras casi dos años sin recibir muchas noticias sobre ellos, esta temporada de virus está siendo más temprana y dura de lo normal. Por su parte, la pandemia de Covid-19 vuelve a entrar en un periodo de avance con las nuevas cepas. El escenario actual es de incertidumbre, pudiendo darse brotes antes que otros años, durar más y afectar a muchas más personas. Lo que parece evidente es que la gripe y los resfriados han vuelto y que el Covid-19 y sus diferentes variantes continúan de forma incesante entre nosotros. Por eso, con ellos, surge la necesidad de tratar los virus de una forma correcta. Por costumbre, creemos conocer a nuestro cuerpo y reconocer los síntomas que notamos cuando nos vemos afectados por alguno de estos virus, pero, ahora que a viejos conocidos como la gripe o los resfriados se ha sumado el que ha sido el protagonista de nuestros últimos dos años, cada vez surgen más dudas sobre cómo actuar frente a ellos. Por eso es fundamental conocer y diferenciar los síntomas de cada uno, para, así, saber desde un primer momento cuál será la mejor opción de tratamiento para cada caso específico. Aunque muchas veces los confundamos, los virus de la gripe y el resfriado tienen ciertas diferencias en lo que a sintomatología se refiere. El virus de la gripe actúa de una manera más abrupta y se centra especialmente en la sensación de sequedad e irritación de garganta alertan de que el virus de la gripe ha invadido el cuerpo. Una retahíla de síntomas le siguen. Desde la tos seca o improductiva, hasta el dolor de cabeza y muscular. Pasando por la fiebre, hasta llegar a padecer, aunque rara vez, estornudos, secreción nasal y lagrimeo. Por otro lado, los síntomas de los resfriados son, principalmente, nasales, como estornudos, congestión y secreción nasal. Además, otros posibles signos pueden ser la tos, la garganta irritada o los ojos llorosos. Los síntomas que señalan un posible constipado pueden aparecer, de forma paulatina, hasta tres días después de que hayamos contraído el virus. En el caso del COVID-19, más en concreto de la variante Ómicron, presenta una sintomatología similar a la de la gripe, con congestión nasal y dolor muscular, acompañada en la mayoría de los casos fiebre elevada, así como picor de garganta. Esta amplitud de síntomas supone que, en ambos casos, se ofrezca necesariamente un tratamiento específico para cada uno de ellos. El correcto tratamiento se enfoca en paliar los síntomas mientras la enfermedad sigue su curso y las defensas del organismo eliminan los virus. Por eso, debemos seleccionar aquellos medicamentos que mejor se adapten en cada caso a los síntomas que presentamos y queremos aliviar. Entre ellos podemos encontrar analgésicos y antipiréticos, antitusivos, descongestivos, mucolíticos, expectorantes ... solos, o en combinación en forma de antigripales. En el caso de estos últimos contienen diferentes principios activos que alivian los principales síntomas de la gripe o el resfriado. Aun a pesar de la importancia de un correcto diagnóstico, el 40% de los españoles declara que les preocupa no saber diferenciar de forma correcta los síntomas de cada una. Y el 51% de los ciudadanos se siente reacio a mostrar en público síntomas de la gripe o el resfriado por miedo a que se pueda confundir con SARS-CoV-2. Por eso es importante estar correctamente informados para saber diferenciarlos y tratarlos correctamente. (Fuente: Jordi Dominguez Gris)
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