Ficha técnica
Los efectos de la burbuja inmobiliaria empiezan a hacer estragos entre los más vulnerables. Juan León, un hombre de 63 años que lleva cerca de veintidós viviendo en un piso arrendado en el polígono norte de la capital hispalense, ha sido otra de las víctimas que ha recibido una orden de desalojo de su inmueble porque según la cooperativa propietaria su contrato finalizó el 31 de mayo de 2007.
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