Ficha técnica
Exponerse a las altas temperaturas conlleva en ocasiones agotamiento por calor, sarpullido, insolación o deshidratación. Las personas diabéticas son más vulnerables al calor pues tienen tendencia a la deshidratación y a los golpes de calor, ya que el control biológico de los mecanismos de adaptación a temperaturas extremas está alterado.
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