Las mejores actuaciones musicales inundan el XXI Festival del Habano

Ficha técnica


Fecha 28/02/2019
Parte 1
Duración 00:03:00
Sonido Locutado
Edición Editado
Localización La Habana

Son… rumba… salsa… y los mejores artistas internacionales… Una coctelera de ritmos, melodías y colores ha inundado la última edición del Festival del Habano. Y ha dejado claro que aunque los protagonistas absolutos son los habanos, el festival apuesta fuerte por las propuestas musicales más diversas. La Noche de Bienvenida, dedicada al 500 aniversario de La Habana y a los 20 años de la marca San Cristóbal de La Habana se inició con un dueto mágico y emocionante: la joven intérprete cubana Yulaisy Miranda se metió en el túnel del tiempo para cantar, nada menos, que junto a Benny Moré el eterno bolero “Como Fue”. Además artistas cubanos como la histórica Orquesta Aragón pusieron la ambientación ideal a una noche irrepetible a ritmo de sarandonga. El grupo de pop Buena Fe se encargó del broche final a esta primera noche de festival. Para la Noche Intermedia, homenaje a Hoyo de Monterrey, y celebrada en el Salón de Protocolo de El Laguito, se alternaron los bailes de los vegueros zancudos con los fraseos típicos de los repentistas, patrimonio musical cubano, y las guajiras de María Victoria Rodríguez Sosa, la voz de la música campesina en Cuba. Pianistas de jazz como Ernan Lopez-Nussa se combinaron con el ritmo endiablado del grupo de Manolito Simonet y su Trabuco. Aunque si hay una noche especialmente musical, esa es la Noche de Gala que está edición estuvo dedicada al 50 aniversario de la marca Trinidad y fue una explosión de sonidos, baile y percusión. Bajo la atenta batuta de la Orquesta del Maestro Patterson fueron desfilando por el flamante escenario los mejores artistas cubanos como Waldo Mendoza, Osdalgia, Janet Valdés o Haila. Uno de los momentos de la noche fue este “Killing me softly” del compositor americano Charles Fox que sonó más latino que nunca. Y la salida a escena de Armando Manzanero encogió el corazón a más de uno cuando empezó a recordar sus clásicos. El portorriqueño Gilberto Santa Rosa, el Caballero de la Salsa, cerró el festival con su espectacular orquesta y puso a bailar hasta al más parado.

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