Ficha técnica
Un equipo de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha liderado el desarrollo de un nuevo sensor capaz de detectar de forma muy rápida y sencilla la escopolamina, una de las sustancias más utilizadas en delitos de sumisión química, especialmente en agresiones sexuales. "La escopolamina es una sustancia difícil de detectar con métodos convencionales, especialmente cuando se encuentra en bebidas. Por ello, desde nuestro grupo en el Instituto IDM de la UPV nos propusimos desarrollar nuevas herramientas sencillas que permitan alertar de su presencia de manera inmediata", destaca Vicente Martí, investigador de la UPV. El funcionamiento del sensor es muy sencillo: cuando la droga entra en contacto con el sensor, se produce una reacción que libera una sustancia fluorescente. Esta liberación genera una señal luminosa muy clara, cuya intensidad además es proporcional a la cantidad de escopolamina.
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