Ficha técnica
Fabiola Martínez explica cómo le contó a sus seres queridos los abusos sexuales que sufrió durante su infancia: "Fui preparando a todo el mundo. También tengo que decir que en el proceso yo creo que mis padres han sido los últimos precisamente porque... Por la dinámica que hemos tenido, ¿no? De silencio. Entonces me costaba más el sentarme con mis padres y hablar de esto. Hasta que me he sentido preparada y he podido verbalizarlo y hemos hablado de algunas situaciones que ellos desconocían, por ejemplo. Así que, bueno, pues en ese sentido ha sido bastante sanador. Y bueno, con respecto a Carlos, bueno a mis hijos, es lo que he contado, he buscado un momento idóneo en el que pudiésemos estar tranquilos, sin distracciones, para yo también poder medir cómo iba a reaccionar él". Revela cómo quedó con las hijas de Bertín Osborne para contarles lo sucedido: "Pues mira, como esto ya lleva tiempo, he podido ir preparando poco a poco a todo el mundo. Por ejemplo, con las hijas de Bertín, con Alejandra, Claudia, Eugenia y Ana Cristina, que no es de Bertín, pero que también es como si lo fuera, tuve una comida y se los conté. Y bueno, pues todas me apoyaron, me sentí como arropada, ¿no? Fue como no teníamos ni idea, pues lo típico, claro. Así que ya sabían que yo estaba en ese proceso". Asegura que su exmarido lo desconocía: "Bueno, yo se lo cuento a ellas. Con él no hablé de voy a sacar un libro, voy a hacer terapia, nada, eso era un tema mío. Pero quería que ellas lo supieran porque sí que pensé si en algún momento este proceso les afecta de alguna manera porque la prensa les pregunta, porque al final... Están en mi entorno. No quería que les pillara de sorpresa. Entonces, bueno, pues". Sostiene que no ha hablado con el cantante sobre su juicio con Gabriela Guillén: "Yo es que no entro en esos temas con él, la verdad. Imaginaos que fuese al revés. Yo tengo una relación y vivo situaciones con esa persona y ahora él me está pidiendo explicaciones o no. Somos amigos, nos queremos, pero yo para desahogarme de mi vida tengo otras amistades". Sobre la protección de leyes en la infancia, explica haciendo referencia a el caso de Anabel Pantoja: "Mira, yo creo que esa parte, en cierta forma, es la que está más organizada. Lo único que no está organizado es la mentalidad social. Las leyes están, los protocolos existen y se activan sobre la marcha, en cuanto se detecta algo, desde... Bueno, lo habéis visto, ¿no?, con el caso de... Exactamente. Se activa todo. El problema está en la mentalidad de la sociedad, en el tabú. Yo creo que se han derribado muchos muros, pero todavía quedan muchos temas que cuesta, que es oscuro, que... Que incluso a la propia persona que lo ha vivido le da muchísima vergüenza. Y la vergüenza no puede ser el sentimiento más importante en esto". Confiesa que desconocía lo sucedido con la sobrina de Isabel Pantoja y da su opinión al respecto: "Mira, yo no no había hecho mucho seguimiento del tema, pero es verdad que desde que hubo, no se, les llamaron al juzgado algo así, ha habido como un bombardeo de información. Desconozco absolutamente lo que ha podido pasar y de hecho hay un hermetismo ahí que no se sabe muy bien, entonces no puedo dar una opinión porque yo creo que es algo muy delicado ya no sólo por los padres, que imagínate si si es injusto la situación por la que están pasando, también por ese menor que está en boca de todo el mundo no y no sé es un poco, son cosas que también vosotros deberíais hacer una reflexión en ese sentido intentar no tanto el sacarle jugo a la noticia sino poner el foco donde realmente tiene que estar, la protección del menor. Aunque haya sido por accidente o por como lo que sea, es que ese menor va a crecer y hay muchos titulares y hay muchas cosas. Entonces al final, se pierde un poco el norte". Destaca los valores de su hijo Kike: "Su nobleza y su pureza. Yo creo que es lo que más caracteriza, no solo a quique, a todos los niños con discapacidad que tienen esa transparencia y esa bondad. Muchas veces... Sí, bueno, a veces esos sentimientos, como no los controlan, se puede traducir en otros momentos, que no son tan tiernos. Pero es que son así, ellos son intensos, lo dan todo y entonces lo viven sin filtro. Y eso me parece maravilloso, sobre todo que hoy en día todo es como... Ver a un niño o a una niña que te mira con amor, que te abraza con todo su ser, es fantástico. Y esa es mi fuente de energía total y absoluta. Ni magnesio, ni vitamina c, un abrazo de Kike y ya está. Sistema inmunológico por las nubes". Total Fabiola Martínez: PARTE 2: - Mira, yo creo que esa parte, en cierta forma, es la que está más organizada. Lo único que no está organizado es la mentalidad social. Las leyes están, los protocolos existen y se activan sobre la marcha, en cuanto se detecta algo, desde... Bueno, lo habéis visto, ¿no?, con el caso de... Exactamente. Se activa todo. El problema está en la mentalidad de la sociedad, en el tabú. Yo creo que se han derribado muchos muros, pero todavía quedan muchos temas que cuesta, que es oscuro, que... Que incluso a la propia persona que lo ha vivido le da muchísima vergüenza. Y la vergüenza no puede ser el sentimiento más importante en esto. - ¿Qué consejo le das tú a todas estas personas que estén viendo o que vayan a ver esta rueda de prensa y que hayan pasado o estén pasando por lo que tú pasaste en tu infancia? ¿Qué consejo le darías que te hubiera gustado a ti, que te hubieran dado en ese momento? - Yo creo que lo más importante es no sentirse solo. O sea, yo lo que les diría es que no están solas y no están solos. Somos muchos. Y si necesitan hablar, necesitan liberarse, todos tienen su proceso y su momento. No se trata de que ahora todo el mundo tiene que contar, ¿no? Pero sí que creo que es fundamental, sintiéndote acompañada o arropada, y hablo en femenino porque es mi caso, sentir que no se te va a señalar. Esa es la otra parte que más cuesta, que cuando por fin das el paso de hablar, que te respeten. - Y expresarlo, ¿no? Porque a ti te ha servido mucho el libro para quitártelo de encima. Sabes que también hay mucha gente, muchas mujeres que también están haciendo lo mismo. Creo que ya te hemos preguntado en alguna ocasión. Creo que Gaby también ha contado algo parecido que también le pasó en la infancia. Sois muchas, como tú has dicho. - Pues es que no me extraña nada. Las estadísticas están ahí. Una de cada cinco niñas y uno de cada seis niños. O sea, es bestial. También quiero que tengáis claro una cosa. Esto no es una cuestión de, haciendo referencia a lo que me acabas de decir, de Latinoamérica, que parece que es algo del tercer mundo. Es que eso pasa aquí, aquí, en nuestro entorno. Entonces, bueno, pues creo que es importante dar altavoz. - Y un poco de clases, ¿no? De clases, en todas las casas. O sea, no estamos hablando de la clase baja. - Tampoco, esto es... Conozco muchas situaciones muy complejas y no tiene que ver con el estatus económico. - Y a veces incluso es peor, ¿no? - Bueno, no sabría decirte porque, claro, no es mi experiencia. - Me refiero porque ahí parece que empieza más el apellido, el... - ¿Pero te refieres al tema del abuso en sí o del silencio? El silencio en general es... Mira, yo crecí en un entorno donde... Tonto el último. Así. O sea, desde un plato de comida, que el que comía primero, el que llegaba, pillaba lo mejor. Y todo era así. Ahí era mucho más fácil, ¿no? Aparentemente. Porque como todos estábamos en modo supervivencia, pues, ¿qué más daba decirlo? ¿A quién le importaba que te pusieran la cara colorada en la calle? Y aún así, hubo silencio. Entonces, no creo que tenga que ver en absoluto con el estatus económico. Yo creo que es una cuestión cultural. Es una cuestión de... Bueno, de la costumbre de la apariencia, que todavía sigue pesando mucho. Entonces, bueno, pues creo que ya estamos en un punto en el que cada vez eso nos pesa menos. Y yo creo que hay que empoderar a la víctima. Hay que empoderarla. O sea, hay que dejar de revictimizar. No somos frágiles. Hemos vivido una situación jodida. Muchas veces no tenemos las herramientas para salir de ahí. La propia familia tampoco favorece, porque nos niegan muchas veces la situación. Y esa es la revictimación. Al final, quien lo sufre ya de adulto, se retira del entorno familiar, pero sigue su vida. Entonces, no pensemos que son personas frágiles o que somos personas frágiles que nos quedamos en una esquinita esperando a que todo el mundo diga, hay pobrecitas que han sufrido abuso. No, no es así. Pero necesitamos que la sociedad y que las propias familias nos crean, nos apoyen.
Relacionados