Ficha técnica
Ana Rosa Quintana confiesa que volvió a la televisión antes de tiempo: "yo creo que volví demasiado pronto pero ya tenía ganas. Tenía muchas ganas de volver a la normalidad". Sin duda, el día que anunció que dejaba el programa fue el peor de su vida personal y profesional: "indiscutiblemente el día que salía allí porque me lo habían dicho un día antes, que tenía que marchar porque tenía cáncer". Lo recuerda como un momento lleno de angustia y disgustos: "el disgusto de mis compañeros, el disgusto en mi familia, el no saber cuánto tiempo va a durar esto. La incertidumbre". A Pablo Vasile siempre le guardará un cariño especial, al igual que al resto de compañeros: "Vasile se ha ido ya. Bueno, son dieciocho años y hemos tenido la magnífica relación y luego mis compañeros. Es que no ha habido día que Joaquín o que patricia o que Bea, Ana Terradillos. Todos los días me mandaban un mensaje, todos los días me llamaban. Ha sido impresionante". Considera a Joaquín Prat como su hermano pequeño: "es como mi hermano pequeño, o sea que Joaquín parece que fue ayer pero lleva diez años a nuestro lado, allí sentado. Y además, yo con Joaquín tengo una relación de familia, de amistad". Ana Rosa Quintana asegura que la decisión de no volver a entrevistar a José Ortega Cano tiene que ver con lo polémica que fue su última conversación: "no, porque le meto en un lío que el pobre no tuvo la culpa, fui yo que le metí en el lío y luego él que enseguida se viene arriba. Yo le dije 'no te quiero meter en más líos'". Sus hijos pequeños cumplen dieciocho años, los mismos que su programa: "claro. Dieciocho años. Empecé a del programa cuando los niños tenían dos meses. Pues los niños son unos señores mayores con muchos pelos en las piernas". Aunque ninguno de ellos ha querido dedicarse al periodismo, está contenta de que hayan elegido su propio camino: "no. A mí lo que me gusta es que sean libres y decidan lo que quieren ser". Total Ana Rosa Quintana: - Dieciocho años de programa. Esto es mágico, es mágico. Cuando empezamos hace dieciocho años, nunca pudimos imaginar que íbamos a aguantar tanto. Vamos, hacíamos quinielas y decíamos 'tendremos un once, tendremos un doce'. Hicimos un treinta y tantos el primer día. - ¿La clave del éxito? - Hombre, mucho: el trabajo. Si es que aquí no regalan nada en ningún sitio ni en ningún trabajo. Esto es la constancia, el trabajo, buenos equipos, llevarte bien, que tus equipos que quieran y tu querer a tus equipos. Todo eso es un conjunto de cosas. Y luego, pues, también un poco de suerte. - ¿Tienes mano izquierda o eres más bien un poco exigente? - No, no. Yo creo que todos trabajamos mucho mejor en un buen ambiente. - Es mi carácter, tampoco hago ningún esfuerzo. Es verdad que el programa tiene un director, unos coordinadores, que tampoco yo estoy todo el día. - Una de las buenas cosas es que, aunque seáis un programa y un equipo, en realidad sois ciertamente una familia. - Es que yo supongo que todo el mundo dice lo mismo, pero es que es verdad, es que es cierto. Nosotros todos los años que llevamos y han pasado muchas personas también. Oye, porque hay gente que cambia la actividad o que tiene otra oportunidad o que le apetece hacer otra cosa, que también hay que dejar que la gente dejar que crezcan. Hay que intentar por todos los medios que las personas primero, respetarlas, valorar su trabajo y que se sientan a gusto. Y así todo funciona mucho mejor. - ¿Te consideras un poco la mami? - Sí, soy la mamá. A ver, dentro de poco seré la abuela casi. - Es verdad que nos decía Pardo que hablan contigo de sus problemas personales, que ya no es cuestión del trabajo. - Hay muchas personas, la mayoría, que han entrado aquí, que era prácticamente su primer trabajo y que luego han crecido, están en otros sitios y que seguimos teniendo relación. Y otras que se han enamorado, se han casado, han tenido en niños, algunos se han divorciado. Todas esas crisis personales, pues también hay que ayudar a la gente en su vida. Es un poco consultorio. - ¿Qué balance hacéis de este año? - Pues mira, no podemos hacer mejor. Ha sido una cadena que nos ha apoyado y nos ha respetado nuestra independencia, unos equipos que yo creo que mucha gente ha crecido y creo que son felices trabajando. Ya no se puede pedir más en televisión que el público no ha acompañado, hemos liderado todos los años. - Profesionalmente hablando, ¿cuál es el peor momento que recuerdas? - De noticias, Miles. Indiscutiblemente el día que salía allí porque me lo habían dicho un día antes, que tenía que marchar porque tenía cáncer. - El personal y el profesional. - Claro, es todo junto. El disgusto de mis compañeros, el disgusto en mi familia, el no saber cuánto tiempo va a durar esto. La incertidumbre. - Y de repente, aquí toda una roquera. - Hombre, pasaron once meses. Yo creo que volví demasiado pronto pero ya tenía ganas. Tenía muchas ganas de volver a la normalidad. - ¿Ha sido como volver al colegio otra vez? - Mira, la noche anterior estaba súper nerviosa, era como la primera vez. Pero cuando llegué allí, vi a todo el mundo, me senté en mi silla, era como si hubiera hecho el día anterior el programa. - ¿Te miman más ahora? - No, igual. A mí no me han mimado nunca. Reconozco que me quieren, me cuidan mucho, pero yo no tengo en mi equipo gente que te da la razón. Estamos discutiendo todo el día. Creo que el gran error de un comunicador, de un líder, de un político, de un jefe de planta de El Corte Inglés es rodearte de gente que toda la razón. Si no, no creces, no haces catarsis, no eres autocrítica. - Y uno de los que más te ha apoyado ha sido Vasile, ahora se va. - Vasile se ha ido ya. Bueno, son dieciocho años y hemos tenido la magnífica relación y luego mis compañeros. Es que no ha habido día que Joaquín o que Patricia o que Bea, Ana Terradillos. Todos los días me mandaban un mensaje, todos los días me llamaban. Ha sido impresionante. - ¿Qué tal con Joaquín? - El hombre a ver, por otra parte, es como mi hermano pequeño, o sea que Joaquín parece que fue ayer pero lleva diez años a nuestro lado, allí sentado. Y además, yo con Joaquín tengo una relación de familia, de amistad. - Llevamos sólo diecinueve días. - Soy la madrina de su hijo. - Llevamos casi veinte días de este año. ¿Qué deseo le pides a este año? Personal. - Yo solo pido salud, que lo demás, todo se arregla. - He escuchado lo de que a Ortega Cano no quieres entrevistarle. - No, porque le meto en un lío que el pobre no tuvo la culpa, fui yo que le metí en el lío y luego él que enseguida se viene arriba. Yo le dije 'no te quiero meter en más líos'. - Dieciocho años también tienen los gemelos, ¿no? - Claro. Dieciocho años. Empecé a del programa cuando los niños tenían dos meses. Pues los niños son unos señores mayores con muchos pelos en las piernas. - ¿Alguno quiere seguir tus pasos? - No, ninguno de mis hijos. Álvaro es abogado y ellos van por otro lado, no. De momento, nunca se sabe. - ¿Te hubiese gustado que hubiesen seguido tus pasos? - No. A mí lo que me gusta es que sean libres y decidan lo que quieren ser. - Muchísimas gracias. - Gracias.
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