Anabel Alonso, "en shock" por las muertes de Verónica Echegui, Eusebio Poncela y Manuel

Ficha técnica


Fecha 28/08/2025
Parte 1
Duración 00:04:16
Sonido Totales
Edición Editado
Localización Madrid
Firma Europa Press

Anabel Alonso reconoce que este ha sido uno de los mejores veranos: "he disfrutado mucho, he paseado, he descansado y me ha aburrido, que eso hacía mucho que no me pasaba, ¿sabes? Poder perder el tiempo y poder no hacer nada. Así que lo he disfrutado a lo grande y he compartido mucho tiempo con mi hijo y he jugado mucho y nos hemos bañado en el mar, o sea, ideal". Además reconoce que su hijo es lo más importante: "tenía algunas cosillas, me las quité de en medio y dije, no, este mes y medio es para ti, pase lo que pase, porque además el tiempo pasa muy rápido, que a mí me lo decían siempre, dice, no, Anabel, aprovecha que se pasa, digo, ¿qué dices? Pero si esto, que sí, que sí, que sí, que sí, o sea, es que de un mes para otro es otra persona, así que disfrutando, gozando mucho, gozando mucho de la vida y de mi hijo, mucho". Sobre la desaparición de Verónica Echegui, Manuel de la Calva y Eusebio Poncela, comenta: "estoy como muy sorprendida, muy choqueada, es decir, a ver, Manuel de la Calva, dices, bueno, a ver, 88 años, bien, siempre es una pena que alguien nos deje, pero es lo esperable, ¿no? Eusebio también me ha pillado, así como contrapié, porque no sabía tampoco ni que estaba enfermo, nada de nada, y evidentemente lo de Verónica ha sido devastador, o sea, injusto, inesperado, yo no tuve la suerte, la fortuna de trabajar con ella, sí que coincidí en los Goya, estrenos, tal, pero a nivel humano y, bueno, pues en las cosas sociales". Total Anabel Alonso: - ¿Cuántos campamentos has ido de pequeña? - Yo de pequeña no he ido a ningún campamento. Yo he ido al pueblo, al pueblo de mi madre, al pueblo de mi padre. Yo era eso, el pueblo, pero con lo cual también la naturaleza yo la he vivido. Los animales, la naturaleza, ir a recoger tomates, embarrarme, estar con los amigos todo el día por ahí, que mi madre no sabía nada de mí. Esa independencia, esa libertad y ese compartir. O sea, lo he tenido todo, pero de una manera anárquica, ¿me entiendes? Porque en los pueblos era que salías por la puerta y ¡ah! Ya volverías, solo para manducar, ¿me entiendes? Ya está. - ¿Este verano qué tal? ¿Has podido descansar, supongo, con tu familia, con tu mujer, con el pequeño, que no sé si tiene ya edad de ir a campamento? - Todavía no, tiene cinco añitos, pero sí, sí, la verdad es que he descansado, he descansado bastante. Ya he empezado a estudiar, porque voy a estrenar en octubre un monólogo de Simone de Beauvoir, La Mujer Rota, pero sí, he disfrutado mucho, he paseado, he descansado y me ha aburrido, que eso hacía mucho que no me pasaba, ¿sabes? Poder perder el tiempo y poder no hacer nada. Así que lo he disfrutado a lo grande y he compartido mucho tiempo con mi hijo y he jugado mucho y nos hemos bañado en el mar, o sea, ideal. - Las etapas de rodajes hay que compensarlas para luego devolver ese tiempo. - Totalmente, totalmente, yo por eso tenía algunas cosillas, me las quité de en medio y dije, no, este mes y medio es para ti, pase lo que pase, porque además el tiempo pasa muy rápido, que a mí me lo decían siempre, dice, no, Anabel, aprovecha que se pasa, digo, ¿qué dices? Pero si esto, que sí, que sí, que sí, que sí, o sea, es que de un mes para otro es otra persona, así que disfrutando, gozando mucho, gozando mucho de la vida y de mi hijo, mucho. - Ya tienes las conversaciones, ¿no?, que con cinco años ya como que hablan y puedes tener una conversación, a ver, no de adulto, pero casi. - No, no, pero que me dice, mira, os voy a contar algo, que se me murió mi perrito Pancho, tenía 17 años, en abril, y entonces yo estaba llorando a moco tendido y me viene y me dice, estaba mayor, se ha muerto, así en la vida, me dijo el pequeño Buda, entonces claro, yo en medio del mar de lágrimas, pues no pude más, claro, más que sonreír y darle un beso, porque sí, son esas personitas, es que de repente te ponen los pies en la tierra, bien sencillo, estaba mayor, se ha muerto, así en la vida, y es verdad. - Esta semana también ha sido muy dura, hemos perdido a Eusebio Poncela, a Manuel de la Calva y a la más sorprendente de todos, que ha sido Verónica Echegui. - Sí, yo la verdad es que estoy como muy sorprendida, muy choqueada, es decir, a ver, Manuel de la Calva, dices, bueno, a ver, 88 años, bien, siempre es una pena que alguien nos deje, pero es lo esperable, ¿no? Eusebio también me ha pillado así como contrapié, porque no sabía tampoco ni que estaba enfermo, nada de nada, y evidentemente lo de Verónica ha sido devastador, o sea, injusto, inesperado, yo no tuve la suerte, la fortuna de trabajar con ella, sí que coincidí en los Goya estrenos, tal, pero a nivel humano y, bueno, pues en las cosas sociales, ¿no? Pero he visto sus trabajos, una mujer con muchísimo talento, belleza, buena gente, había dirigido su corto, dices, no, ¿por qué? Y te quedas como que te han tirado un cubo de agua fría y no sabes. No sabes cómo reaccionar, pero aquí estamos, hay que seguir, aunque te pese y aunque digas, ¿cómo no se para el mundo? Pues no, no se para. - La vida sigue y hay que aprovecharla, ¿no? Recordamos que hay que aprovechar hasta el... - Sí, vamos, hasta el rabo todo es toro, como dicen, sí, sí. - Oye, pues muchísimas gracias y te deseamos todo lo mejor. Muchísimas gracias. Chao.

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