Ficha técnica
La todavía Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha considerado, antes de dejar el puesto el próximo 21 de julio después de cinco años, que tiene "autoridad", está "arraigada", es "solvente" y está "bien valorada por los ciudadanos". "He tenido independencia absoluta. No he recibido presiones", ha indicado.
Relacionados